¿Cuánto pesa Peso Pluma?
E l país entero yace a sus pies. Políticos, académicos, opinólogos, autoridades, debaten acerca de su talento o la falta de él. Hay quienes se enardecen y elevan su voz al cielo por su culpa; otros tratan de poner paños fríos y aconsejan calma. Los senadores de la UDI, pretenden acusar a la alcaldesa de Viña del Mar por infracción a ley de drogas debido a él. Dirigentes de todos los partidos políticos, desde el PC hasta Republicanos insisten en cancelar su presentación en el festival de Viña del Mar.
¿y quién es él?
Nada más y nada menos que Peso Pluma, un rapero mexicano que seguramente la inmensa mayoría de quienes opinan acerca de él, incluidos los senadores de la UDI, los dirigentes políticos y probablemente la alcaldesa Ripamonti, jamás han escuchado cantar o rapear.
¿Y por qué el país debe preocuparse tanto de él?
Porque hay quienes han decidido que sus canciones contienen textos asociados al narcotráfico y al crimen organizado, que la difusión de sus letras y ritmos facilita la cultura narco (lo que podría ser cierto) y que, en consecuencia, su participación, durante una noche, en el Festival de Viña, puede tener terribles consecuencias sobre la actividad criminal en Chile.
En otras palabras, quienes rasgan vestiduras por ese peso pluma de la canción (¿o es del rap?) lo hacen con el propósito patriótico de impedir la propagación del narcotráfico y el crimen organizado en nuestro país y que debemos proteger a nuestros niños.
Sería para reírse si no se tratara de algo tan dramáticamente serio. Personas supuestamente inteligentes e informadas, deciden dedicar sus energías y su tiempo a impedir la propagación del narcotráfico y el crimen organizado impidiendo que un jovenzuelo de peso pluma o quizás de peso mosca… cante o rapee.
¿Es que no saben en qué país viven? ¿Es que no saben que el narcotráfico y el crimen organizado ya están asentados en nuestro país hace un buen rato? ¿Que desde hace mucho ya detentan el control de territorios en los que su ley es la que se impone y que es de eso de lo que debieran preocuparse?
¿Cómo es posible que la máxima autoridad en materia de seguridad pública del país, el subsecretario (Manuel) Monsalve, declare que en Chile no existen carteles? ¿Es que no sabe que aquí, en nuestra región, las fuerzas policiales supuestamente coordinadas por él han efectuado decomisos no sólo en Puerto Montt, sino que también en Hualaihué, Chaitén, Quellón, Fresia y Frutillar? Algo sin duda impensado pocos años atrás, que eso ocurriera acá en nuestro hermoso sur. ¿Es que cree, ingenuamente, que esas drogas decomisadas eran traficadas por bandas de aficionados?
¿Es que acaso el Sr. Subsecretario, la ministra que es su jefa y todos los que han gastado tiempo y espacio de los medios de comunicación hablando del peligro que representa un rap de Peso Pluma para la juventud de nuestro país, no se han enterado del grado de penetración que ya ha alcanzado el consumo de drogas entre nuestros jóvenes? Jóvenes y no tan jóvenes de todos los segmentos sociales y económicos a lo largo y ancho de nuestro país.
Ese es el grado de penetración del problema del narcotráfico entre nosotros, pero la gente importante preocupada de Peso Pluma parece no estar enterada de ello. Y lo que es más grave, parece no importarles demasiado porque están más interesados en encajar una cuña tan rápida como olvidable en algún medio de comunicación acerca del rapero mexicano que, por ejemplo, acerca de la situación de nuestros puertos. Puertos, que como lo demuestra la experiencia de Guayaquil y de otras latitudes, son los lugares más sensibles para el tráfico de drogas y otros ilícitos.
Puertos
Somos un país con miles de kilómetros de costa y según datos oficiales, Chile cuenta con 93 terminales portuarios entre estatales, públicos y privados. ¿Se han preocupado alguna vez de lo que ocurre allí? ¿Saben si existen mecanismos de control de lo que entra o sale por esos puertos?
No sé si lo sabrán.
¿Sabrán que, de todos esos puertos, sólo en Arica, Iquique, Antofagasta, Valparaíso, San Antonio y Talcahuano existen escáner para controlar el contenido de la carga que pasa por ellos ni que el medio más sofisticado de control son humildes perros entrenados para oler droga y que no todos los puertos los tienen?
Y acá en nuestro sur, en nuestros puertos, se sabe que no existe ni el más elemental sistema de control para todos esos camiones de carga que vienen desde el norte del país.
A lo más a lo que han llegado estos días quienes han querido mostrar alguna preocupación por estos temas, es a decir que "Chile no es Ecuador" y que aquí no ocurrirá nunca lo que está pasando en este mismo momento en ese país. Es verdad que Ecuador, con una tasa de 45 homicidios por cada 100.000 habitantes, se ha convertido en el país con más alta criminalidad de América Latina, lejos de los índices de Chile.
Sin embargo, debo recordarles que hace sólo ocho años Ecuador tenía una tasa de 6 homicidios por 100.000 habitantes, no diferente a la de Chile en 2022 (6,74 homicidios por 100.000 habitantes). En sólo ocho años un país que tenía las cosas bajo control pasó a ser el país en guerra contra el crimen organizado que es hoy. Y es que la capacidad de crecimiento y control que ha alcanzado la actividad delictual organizada y globalizada en el mundo de hoy, es gigantescamente superior a nada de lo que pudiera conocerse hace sólo décadas atrás.
Todos los países que hoy son paradigmas de problemas serios y de pérdida de control del Estado sobre la seguridad pública (México es quizás el ejemplo más destacado), comenzaron como Chile hoy o como Ecuador hace ocho años.
En Chile hoy tenemos una tasa de 6,74 homicidios por 100.000 habitantes, pero hace sólo cinco años, en 2018, la tasa era de sólo 4,5 homicidios por cada 100.000 habitantes. Esos son solamente números, pero la realidad es mucho más elocuente: detrás de cada homicidio hay situaciones de muerte por sicariato, descuartizamiento de cuerpos o, como ocurrió en Puerto Montt recientemente, persecuciones a balazos por la vía pública una madrugada cualquiera.
Si quieren ser realmente serios, todos aquellos que han ganado titulares de prensa con el "caso" Peso Pluma piensen que este rapero no es peso pluma ni peso mosca, no pesa nada frente a la horrible realidad del narcotráfico y el crimen organizado en nuestro país hoy.
Porque, en definitiva, el peso de Peso Pluma, es irrelevante para la magnitud del problema del consumo de drogas, del narcotráfico y del crimen organizado que afecta nuestro país.
¡Pónganse serios de una vez por todas!