Fracaso de concesión
Ha sido muy llamativo que únicamente el alcalde haya estado por aprobar la propuesta para el retiro de la basura.
Por una abrumadora diferencia de votos, el Concejo Municipal de Puerto Montt rechazó, en sesión realizada el lunes pasado, la propuesta para asignar a Cosemar una nueva licitación para la recolección de residuos en la ciudad. De acuerdo a la propuesta de la alcaldía, se pretendía suscribir con la empresa, que ya actualmente realiza la labor, un nuevo contrato, esta vez por seis años y por un monto de $847 millones al mes, lo que para todo el período habría significado un desembolso de $61 mil millones.
En la argumentación de sus sufragios en contra, los concejales aludieron fundamentalmente a la falta de participación ciudadana en este proceso de licitación, habida cuenta de los reclamos que ha habido en torno a la calidad de los retiros en algunos sectores (lo que se aprecia, por ejemplo, en los contenedores colapsados), y a la ausencia de algún capítulo referente al reciclaje. El que pareció ser el más relevante, sin embargo, fue el que esta concesión, con sus seis años de duración, habría significado dejar sin maniobra a la próxima administración municipal, en virtud de que en octubre de este año hay elecciones de alcaldes y concejales.
Lo que viene es renovar por un año más el contrato a Cosemar, a fin de que el alcalde y concejales que asumirán en el próximo período puedan decidir los bordes y contenido que tendrá un servicio que es muy sensible para la ciudadanía y que representa, además, el desembolso de un elevado monto para las arcas municipales. Aun así, la votación de este lunes ha dejado una señal muy elocuente de lo que es la gestión municipal: la orfandad en que votó el alcalde, que fue el único que estuvo por aprobar la propuesta. Hubo siete votos en contra, dos abstenciones, un edil que no estaba presente y un único a favor, el del jefe comunal, que se quedó solo en su postura, algo muy llamativo para el último año de su período y en el actual contexto de investigaciones del Ministerio Público y la Contraloría General de la República en torno a situaciones generadas en el municipio en los últimos años.
Es extraño que la votación sobre esta concesión haya llegado a este punto y que se haya expuesto al alcalde a este resultado. O faltó trabajo político previo o bien efectivamente hubo advertencias que fueron desoídas. O sencillamente primó el voluntarismo.