Baja en la tasa de natalidad
Durante el año 2023 sólo se registraron 173.920 nacimientos en todo el país, la cifra más baja de una década. El grueso de la clase media estima como ideal el número de uno a dos hijos.
Chile registra la natalidad más baja en una década, lo que tiene efectos sociales y económicos. Una población envejecida supone la creación de nuevas políticas públicas que vayan en línea con esta realidad que, a su vez, obliga a repensar la forma en que se destinan los recursos disponibles.
Según cifras del Registro Civil, durante el año 2023 sólo se registraron 173.920 nacimientos en todo el país, la cifra más baja de una década, marcando una tendencia que ya se venía dando después de 2014, año en que hubo 251.011 partos. Desde entonces, la cifra no ha hecho más que disminuir, e incluso, algunas unidades de maternidad de clínicas se han cerrado o se han fusionado con otras áreas. En 2021 se registraron 177.306 nacimientos, y pese a que en 2022 se quebró esa caída y fueron 189.336 los alumbramientos, el año pasado vino a confirmar una realidad: Chile envejece a pasos agigantados.
El envejecimiento es una realidad, inversamente proporcional al número de nacimientos. Es evidente que, desde hace unos años, la natalidad muestra retrocesos que hacen insuficiente asegurar el recambio generacional.
El tema económico es capital al definir el número de hijos. El grueso de la clase media estima como ideal el número de uno a dos hijos, cifra manejable en términos de los costos que implicaría su cuidado y especialmente por la inversión requerida en educación, que se ha ido extendiendo.
Hemos pasado, en el plazo de una generación, desde una exigencia de educación secundaria hasta una profesional o técnica, lo que implica al menos cinco años de estudios de pregrado. Hay otro fenómeno global: el fuerte ingreso de la mujer al mundo del trabajo, por lo que se ha postergado la familia por la búsqueda de recursos y el necesario crecimiento de ese segmento.