Correo
Carreras clandestinas
A propósito del reportaje publicado por este diario sobre las carreras clandestinas, leo con asombro una vez más la insistencia de las personas responsables de coordinar la seguridad en nuestra región la cantinela de "por favor denuncien".
Yo me pregunto: ¿Cuándo, en este tipo de incivilidades que ocurren a la vista y paciencia de todos, las autoridades competentes y policías van a tomar la iniciativa? Les dejo el dato aquí, ya que de vez en cuando circulo por Puerto Montt: fíjense en las bencineras, cuando el sol cae, y todos esos enfermos de la mente con autos tuneados se juntan, con vidrios polarizados y música estridente. Generalmente esto ocurre en Salvador Allende o incluso en el estacionamiento del Jumbo. Así como las autoridades llaman a los vecinos a denunciar, yo les pido un poquito de proactividad a la hora de realizar su trabajo.
Enrique Cortés Ainol
Primera dama
Mucho se ha comentado en estos días, sobre la propuesta de algunos congresistas que proponen recuperar el cargo o figura de la primera dama de la nación. Sería muy positivo para el país que esta propuesta se hiciera realidad, por ser una tradición republicana histórica que acompañó a generaciones enteras de chilenas y chilenos, que por largos años crecimos viendo bien acompañado al Presidente de la República por su abnegada esposa en todos los actos cívicos que involucraban las actividades del país, tanto protocolares como populares.
Era el Presidente y sus esposa el símbolo de la constitución de la familia chilena, de la formación valórica, del compromiso personal, la cooperación y el amor conyugal, pilares fundamentales para el desarrollo integral de la futura familia, que hoy día se muestra como una silla de tres patas con el símbolo del pato cojo, al carecer el país de esta figura.
Las ex primeras damas siempre cumplieron con sus tareas, dejando un legado para las futuras generaciones, como, por ejemplo, y por nombrar algunas solamente:
las orquestas juveniles que tanto nos deleitan, el museo interactivo y el programa sonrisa de mujer. Que este proyecto se concrete prontamente para restablecer en algo los valores tan perdidos últimamente y que el país necesita recuperar con urgencia.
Marlene Cárdenas Siebald
Publicidad y contextos
Durante los últimos días dos marcas de fastfood ofrecieron comida gratuita a los bomberos que lucharon contra los incendios en la Región de Valparaíso.
Esta acción puede ser vista como un gesto de apoyo, pero también percibirse como una estrategia de marketing insensible o poco apropiada, especialmente si las marcas no tienen una conexión directa con la contingencia o el trabajo de los bomberos. Es así como en el vertiginoso mundo de la publicidad, donde la creatividad y la innovación son moneda corriente, existe una regla de oro que siempre debe prevalecer: la capacidad de ponerse en los zapatos de los consumidores. Este principio fundamental no solo implica comprender sus necesidades, sino también considerar el contexto en el que se encuentran.
En este sentido, la publicidad efectiva no se trata sólo de oportunidad; se trata de establecer conexiones significativas con las personas a las que se dirige. Esto implica comprender sus preocupaciones, sus valores, e incluso, las tragedias que puedan estar enfrentando en un momento dado. Por ello, cuando una marca decide comunicar en medio de un evento devastador, debe hacerlo con extrema sensibilidad y empatía.
Asimismo, hoy, más que nunca, las marcas deben preguntarse cómo pueden contribuir de manera significativa a la comunidad afectada, ofreciendo ayuda real y tangible. Esto no solo fortalece su reputación a largo plazo, sino que también construye relaciones más sólidas y duraderas con los consumidores. En resumen, en una realidad cada vez más conectada e interconectada, donde las noticias y los eventos se propagan a la velocidad del rayo a través de las redes sociales y los medios de comunicación, la sensibilidad al contexto se vuelve más crucial que nunca.
Maribel Vidal, Conar
Asistencia educacional
La crisis sanitaria a la cual nos vimos expuestos durante el 2020 y 2021, con pequeños atisbos de retomar la presencialidad en el año 2022, nos hizo naturalizar diversos espacios vacíos, entre los cuales el ámbito de la educación infantil se vio profundamente afectado. Era natural durante todo el periodo de pandemia e incluso en un tiempo posterior a ella, el no escatimar en resguardos, a fin de evitar contagios y secuelas propias de esta crisis, sobre todo considerando la primera infancia como una etapa vulnerable. Sin embargo, esta condición llevó a gran parte de la población a buscar ayuda y redes de apoyo para el cuidado de sus hijos fundamentalmente menores de 6 años, situación que se prolongó bastante tiempo después de la pandemia, ya sea por factores económicos, de comodidad, cuidado o de mayor seguridad. Lo anterior, provocó en el tiempo una baja sostenida de asistencia de niños y niñas a establecimientos de educación parvularia, realidad que es absolutamente necesaria de visibilizar.
Puede que efectivamente estas cifras se asocien a una desvalorización o desconocimiento en torno al sistema, lo cual hace que padres y madres no lo consideren lo suficientemente importante o necesario, no obstante, el desconocimiento en torno a los beneficios de una educación integral, oportuna y pertinente en la etapa más importante del ser humano, sus cinco primeros años de vida, marca grandes diferencias en cuanto a relaciones interpersonales, capacidad de resolver problemas, de comunicarse, respetar al otro, ser responsables, desarrollar la creatividad, entre otros aspectos, junto con estrechar la brecha de la desigualdad social. Jocelyn Uribe, directora de Educación ParvulariaU. Central