Donación de órganos
Durante el año pasado se realizaron 608 trasplantes. La lista de espera por un órgano supera los 2.500 pacientes.
La donación de órganos y tejidos es un acto voluntario y gratuito, por el cual una persona o su familia deciden cederlos para que sean extraídos e implantados en otra. Puede ser realizada por personas vivas que lo aportan a algún familiar, siempre que no altere el funcionamiento vital de su cuerpo, o por pacientes fallecidos, previa autorización de su entorno.
Sin embargo, tanto las cifras de donaciones como las de trasplantes en Chile son todavía insuficientes. Chile cuenta con solo 10,4 donantes por cada millón de habitantes, mientras que Brasil tiene 17,5 y España 48,9 donantes por millón. En 2023, se efectuaron 608 trasplantes en nuestro país, con 640 órganos trasplantados. De estos, 511 provinieron de donantes fallecidos y 97 de donantes vivos.
Cada 27 de febrero se conmemora el Día Internacional del Trasplante de Órganos y Tejidos, actividad esencial para ayudar a quienes han perdido la posibilidad de sanar o mantener en buen funcionamiento un órgano vital y necesitan que sea reemplazado para tener la oportunidad de seguir viviendo.
En Chile, según la ley, todas las personas mayores de 18 años de edad son donantes, a menos que en vida acudan a una notaría y declaren la voluntad de no serlo. No obstante, la palabra final la tienen los familiares. En el caso de los fallecidos en nuestro país, solo el 2% es un potencial donante de órganos, ya que para que una persona sea considerada donante, la ley establece que debe haber fallecido por criterio neurológico, es decir, haber tenido una muerte encefálica. En esta situación, los órganos y tejidos que pueden ser trasplantados son corazón, pulmones, hígado, páncreas, riñones, intestino, córneas, huesos y piel. En cambio, en el caso de un donante vivo, debe ser mayor de 18 años y el receptor del órgano siempre es algún familiar directo, su cónyuge o conviviente. Los aportes están muy lejos de cubrir la demanda de casi 2.500 pacientes que se encuentran en lista de espera en el país, muchas de las cuales requieren de un trasplante para poder seguir viviendo.
Resulta clave promover este acto de vida para con el otro, el que incluso se traduce en que un ser querido seguirá viviendo tras la muerte.