Suprema de Estados Unidos da vía libre a Texas para detener y expulsar a migrantes
CRISIS. Es una de las medidas antiinmigrantes más drásticas en la historia de ese país. Será delito intentar ingresar de forma irregular y la reincidencia puede costar hasta 20 años de cárcel.
El Tribunal Supremo de Justicia (Corte Suprema) se pronunció este martes a favor del estado de Texas permitiéndole la entrada en vigor de una ley que permite a la Policía detener y expulsar a migrantes sospechosos de ingresar de forma irregular a Estados Unidos.
La legislación, conocida como SB4, podrá entrar en vigor mientras se escuchan los argumentos de una demanda entablada por el Gobierno del presidente Joe Biden y organizaciones defensoras de los migrantes.
El caso llegó al máximo tribunal después de una batalla legal emprendida por la administración Biden y defensores de los inmigrantes encabezados por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés), que alegan que la iniciativa es inconstitucional.
Los demandantes habían pedido a la Suprema que detuviera la implementación de la medida mientras se dirimía el caso en el Quinto Circuito de Apelaciones. El lunes, el juez Samuel Alito había bloqueado la ley de forma indefinida a espera que el pleno votará sobre esta solicitud.
Ayer los seis jueces conservadores votaron a favor de Texas, permitiendo que la ley entre en efecto mientras se da un fallo final en el caso.
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, aplaudió en un mensaje en X la decisión del alto tribunal. "Texas ha derrotado las mociones de emergencia de la Administración Biden y la ACLU", y subrayó que la ley ya está en vigor.
Arresto por sospecha
La ley, una de las medidas antiinmigrantes más drásticas en la historia de Estados Unidos, convierte en delito menor el que un extranjero "ingrese o intente ingresar al estado desde una nación extranjera" de forma irregular. La falta se convierte en un crimen grave, punible hasta con 20 años de prisión, si el infractor es reincidente.
La iniciativa también permite que la Justicia estatal ordene la expulsión de personas sin mediar proceso legal. Asimismo, los oficiales de policía podrán arrestar a cualquier individuo del que sospechen que ingresó ilegalmente al país, y tendrán la facultad discrecional de expulsarlo a México en vez de arrestarlo.
Inicialmente, la medida promovida por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, debía entrar en vigor el pasado 5 de marzo, pero un juez federal se puso del lado de los demandantes y la prohibió.
El fiscal de Texas, Ken Paxton, llevó la pelea al Quinto Circuito de Apelaciones donde obtuvo respaldo, por lo que los demandantes acudieron al Supremo para evitar que entrara en vigencia la ley pidiendo una moción de emergencia, que finalmente fue negada.
Anand Balakrishnan, abogado principal del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la ACLU, calificó la decisión de ayer como "decepcionante".
El abogado añadió en un comunicado que la ley "amenaza la integridad de las leyes de inmigración de nuestra nación y los principios fundamentales del debido proceso" por lo que seguirán luchando hasta derrotarla.
Situación crítica
Mientras esto ocurría en Texas, en la frontera sur de México miles de migrantes, en su mayoría de Haití y Honduras, saturaron las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), lo que provocó enfrentamientos por la disputa de los espacios para recibir atención.
Los vecinos alrededor de la oficina en Tapachula, en el límite de México con Guatemala, reportaron que la dependencia del Gobierno volvió a colapsar con la presencia de miles de migrantes.
Funcionarios de la Comar explicaron sobre el terreno que hay muchas personas, en especial de Haití, que quieren una cita para la entrevista de elegibilidad, en la que su equipo está trabajando a marchas forzadas para atender a los migrantes.
Los migrantes llegaron desde el jueves pasado a realizar filas y muchos se quedaron a dormir hasta ayer.
El hecho refleja el flujo migratorio sin precedentes a través de México, donde las peticiones de asilo subieron 18,2% en 2023 hasta un récord de 140.982, la tercera cifra más alta del mundo, según el Gobierno.