Conducción y adultos mayores
A pesar de ciertos prejuicios que hay, este grupo etario es muy responsable a la hora de guiar un vehículo motorizado.
Es un mito que la mayor parte de los accidentes de tránsito son producidos por adultos mayores de 65 años que conducen vehículos motorizados, ya que lo cierto es que los datos sostienen justamente lo contrario. Esto porque la estadística de años anteriores indica que no más del 1% de los choferes implicados en accidentes con lesiones graves, son adultos mayores.
De hecho, este grupo etario se destaca a la hora de conducir un vehículo motorizado como uno de los más prudentes y respetuosos de la normativa vial. Es más, al indagar en torno a las causas de los accidentes de tránsito en el país, los datos indican que estos son originados principalmente por factores como exceso de velocidad, manejar bajo la influencia del alcohol, conducción descuidada y uso del teléfono celular, conductas que, claro está, no son propias de un adulto mayor que toma el volante de un vehículo motorizado, sino que más bien apuntan al perfil de un conductor con mucho menos edad.
Ahora bien, la denominada Ley Jacinta introduce una serie de requisitos para acceder a la licencia de conducir, en especial para las personas de mayor edad, como por ejemplo una disminución progresiva de la vigencia del documento, llegando, a partir de los 80 años, a la obligación de renovarlo cada año. Si bien es una necesidad el avanzar hacia mayores exigencias a la hora de entregar la licencia que le permite a una persona conducir un vehículo motorizado, lo cierto es que los esfuerzos debieran direccionarse justamente hacia aquellos grupos que son los más involucrados en accidentes de tránsito. Los datos así lo evidencian.
La sociedad, y quienes dictan las leyes que regulan las relaciones en su interior, deben tener mucha claridad acerca del respeto que se merecen los adultos mayores. Cualquier atisbo que apunte hacia algún grado de discriminación ha de examinarse a fin de evaluar los antecedentes y las medidas que se toman. Salvo muy contadas excepciones, los adultos mayores conducen mejor que el resto de los segmentos etarios. Conocen las reglas del tránsito, tienen experiencia de conducción y el apuro, a diferencia de tantos otros, no es una característica propia de ellos.