Frontera entre Israel y Líbano se enciende mientras en Rafah esperan la ofensiva israelí
CONFLICTO. Ataque contra instalaciones del servicio de emergencia de la Asociación Libanesa de Ambulancias dejó siete fallecidos, generando respuesta de Hizbulá.
Efe
La frontera entre Israel y Líbano vivió otro cruce de fuego que cobró ocho vidas a ambos lados, una intensificación de las hostilidades que hace temer una guerra abierta, aunque de momento parece más inminente la ofensiva terrestre de las tropas israelíes en Rafah, extremo sur de la Franja de Gaza.
Israel lanzó ayer por la madrugada uno de sus ataques más letales en el sur de Líbano desde el inicio de las hostilidades el 8 de octubre, en la localidad de Habariye, en el sur del país árabe, contra instalaciones del servicio de emergencias de la Asociación Libanesa de Ambulancias, donde murieron siete personas, según las autoridades libanesas.
Sin embargo, el Ejército israelí aseguró que su ataque fue dirigido contra un "complejo militar" de la ciudad, donde se escondía "un importante operativo terrorista" de la organización Jamaa al Islamiya, que planeaba ataques contra territorio israelí y que fue eliminado junto a "otros terroristas".
Jamaa al Islamiya es una de las facciones suníes libanesas, que mantiene vínculos tanto con la milicia chií libanesa Hizbulá, que controla todo el sur de Líbano, como con Hamás. De hecho dos de sus miembros murieron en el ataque aéreo israelí el pasado 2 de enero en Beirut, dirigido al número dos de la oficina política de Hamás, Saleh al Arouri, que también murió.
Por su parte, Hizbulá condenó el "despreciable crimen cometido por las fuerzas de la ocupación sionista contra pacientes y personal médico", al tiempo que prometió responder al bombardeo, que causó muertos entre la población civil, precisó sin dar cifras.
La respuesta fue el lanzamiento de "decenas" de proyectiles contra la ciudad de Kiryat Shmona, en el norte de Israel, ataque en el que murió un ciudadano druso israelí, en uno de los cinco ataques hacia Israel que se atribuyó ayer.
El fallecido era de la aldea drusa de Ein Qiniyyeh, localizada en el monte Hermón de los Altos del Golán sirios, que Israel mantiene ocupados desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
El fuego cruzado entre Israel y Hizbulá se volvió a recrudecer esta semana con dos nuevos bombardeos israelíes el martes contra el Valle de la Bekaa, en el noreste de Líbano, uno de ellos en el área de Zboud, el que es ya el ataque más alejado de la frontera con Israel desde el inicio del fuego cruzado entre ambos países a raíz de la guerra en Gaza, hace más de cinco meses.
El grupo chií respondió con un lanzamiento de 50 cohetes simultáneos contra un cuartel militar en los Altos del Golán, además de reivindicar otros 12 ataques el martes.
La frontera entre Israel y Líbano vive su mayor peak de tensión desde 2006 con un intenso intercambio de fuego que ya le quitó la vida al menos 356 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado 239 bajas de milicianos, algunas en Siria.
En Israel murieron 18 personas en el norte (10 militares y 8 civiles), mientras que al otro lado de la frontera han fallecido al menos 338 personas, entre ellos 42 integrantes de milicias palestinas, un soldado libanés y 56 civiles, incluidos diez menores y tres periodistas, además de los combatientes de Hizbulá.
Las hostilidades comenzaron el 8 de octubre, al día siguiente de que estallara la guerra en la Franja de Gaza, en solidaridad de Hizbulá con las milicias islamistas palestinas del enclave que perpetraron un atentado terrorista que saldó con 1.200 muertos y 250 secuestrados.
Rafah
Mientras sigue la incógnita sobre si Israel se embarcará en una guerra abierta contra Hizbulá en el norte, el Ejército israelí mantiene la intensidad de su ofensiva en la Franja de Gaza, donde ya han muerto casi 32.500 gazatíes, y que en estos momentos se concentra en sendas operaciones militares en los hospitales Shifa, en ciudad de Gaza, y Al Amal en Jan Yunis.
El siguiente paso en la guerra para Israel es la anunciada incursión terrestre en Rafah, imprescindible para ellos para derrotar a Hamás porque allí quedan sus últimos cuatro batallones, pero también viven 1,4 millones de desplazados -más de la mitad de la población del enclave- por lo que la comunidad internacional, especialmente EE.UU., está tratando de evitar tal operación.