Cuando el "calor de hogar" se vuelve una pesadilla para los adultos mayores
Cientos de personas de la tercera edad carecen de recursos suficientes para comprar leña seca, parafina o gas, cuyos valores están en constante alza desde hace unos años. Esto los obliga a calentar sus hogares sólo un par de horas al día e incluso a no hacerlo, además de elegir entre alimentos, medicamentos o leña, porque el dinero no les alcanza.
La llegada del invierno y las bajas temperaturas marcan el inicio de la temporada más cruda y dura para muchos adultos mayores. Son meses en los que se ven forzados a prender sus sistemas de calefacción, pero sólo por un par de horas para temperar sus hogares, secar la ropa o cocinar; otros, no lo hacen porque sus artefactos están en malas condiciones o deben elegir entre alimentos, medicamentos o calefacción, ya que el dinero no les alcanza.
Una realidad que se agudiza con los altos precios de la leña en el mercado regional. Un metro cúbico de leña seca fluctúa entre $60 mil y $ 70 mil; el litro de parafina cuesta en promedio $1.039; la carga del cilindro de gas de 5 kilos supera los $12 mil. Las cuentas de electricidad están condicionadas al consumo que tengan los equipos por hora.
Esta situación es denunciada por dirigentes de la tercera edad, quienes aseguran que existe un abandono de las autoridades, que no han generado programas de apoyo concreto para fortalecer las paupérrimas condiciones económicas que afligen diariamente a adultos mayores tanto en la región como en el país.
El relato en primera persona de ancianos da cuenta que en invierno, por no contar con recursos suficientes para calefaccionar sus hogares, optan por quedarse en cama por muchas más horas, incluso días. Ello afecta su calidad de vida, acelera graves problemas de salud e impacta fuertemente en su estado anímico.
Esta realidad tiene múltiples factores gatillantes, considerando que a los altos precios de la leña, el principal elemento para calefacción y cocinar en la región, se suman las dificultades al momento de adquirir los insumos calóricos, debido a la falta de redes de apoyo que faciliten el traslado de leña o bidones de parafina, así como la limpieza periódica de los artefactos como estufas, combustiones lentas, cocinas, entre otros.
Una realidad que se arrastra por años, pero que luego de los dos años de pandemia del covid-19 se ha incrementado debido a la inflación, el alza en el costo de la vida, así como el aislamiento social en que se mantienen muchos adultos mayores.
Sobrevivir al frío
Según cifras del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), en la Región de los Lagos hay una población de 127 mil adultos mayores, de los cuales un 62% (78.740) son jefes de hogar. Esta realidad es muy compleja, ya que en su gran mayoría dependen de la pensión que reciben para vivir y solventar sus gastos, lo que en la práctica resulta casi imposible, considerando que el promedio de las pensiones no supera los 200 mil pesos.
Selmira Leal, de 85 años, recuerda con nostalgia cuando vivía en el sector rural de San Juan de la Costa, en Osorno, donde la leña no era un problema para tener un hogar calentito en los fríos inviernos.
"La sociedad es muy cruel con los adultos mayores, porque le exigen esfuerzos físicos y económicos cuando la persona está en el ocaso de su vida y la fuerza ya no acompaña. Desde que enviudé hace 15 años comenzaron mis problemas. Lamentablemente, perdí a mi hijo que me apoyaba. Ahora vivo en Osorno, de allegada en una pequeña pieza, porque simplemente no me alcanza el dinero para tener algo propio. Lo intenté, pero en la pandemia ya no pude más, no me alcanzaba para comprar leña, comida y medicamentos. ¿Y usted cree que al Estado le importa?", dijo entristecida.
Florentino Martínez, de 76 años, vive junto a un hijo discapacitado en el sector Mirasol en Puerto Montt. "Menos mal que tengo mi casa. Pero uno de los mayores problemas es la calefacción, porque un metro de leña a $60 mil o $70 mil es mucho, más si consideramos que la mitad que te llevan está verde y si la compras a mediados de invierno, con mayor razón. Comprar saquitos es la opción. Pero al final, el gasto es mayor. Deberían entregar un bono para calefacción para adultos mayores, porque sería un ahorro para el Estado, ya que muchas de las enfermedades que se generan es por el frío, partiendo
"Al jubilar te encuentras con una paupérrima realidad, simplemente sobrevivo mes a mes porque el costo de la vida es cada día mayor y nosotros no tenemos ninguna opción de incrementar estos ingresos".
Fabiola Oyarzún,, Unión Comunal de Adultos Mayores de Puerto Montt.