Correo
Estacionar en Puerto Montt
El artículo 153 bis de la Ley 18.290 dispone que las municipalidades deben establecer cada tres cuadras, dos estacionamientos para personas con discapacidad, los que deberán estar debidamente señalizados o demarcados.
Adicionalmente, la Ley 20.422, en su artículo 1, asegura el derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
Además, dentro de la misma ley, en su 31 existe la obligación de todas las entidades, sean estas públicas o privadas, de tener estacionamientos reservados para personas con discapacidad, con el fin de obtener su plena inclusión social, asegurando el disfrute de sus derechos y eliminando cualquier forma de discriminación fundada en la discapacidad.
Después de haber recorrido la calle Antonio Varas en Puerto Montt, desde su intersección con calle Lota hasta calle Talca, lo que hace una distancia aproximada de 800 metros, en esta remodelada arteria y donde se invirtieron tantos recursos económicos para hacer una ciudad más amigable, no existe en estas ocho cuadras un solo estacionamiento para personas con discapacidad.
¿Dónde quedan esos términos tan rimbombantes, de empatía, proyecto ícono? ¿Dónde están esas autoridades locales, políticos, Senadis, o la inclusión social de quien no la vive? ¿No es importante?
Ramón Cárcamo S.
Procedimientos policiales
Durante los últimos días, en algo que es recurrente, hemos visto importantes procedimientos policiales llevados a cabo por la PDI, unos en Santiago y quizás el más importante en la Región del Biobío, donde se desbarató una peligrosa organización criminal en la que sólo el líder tenía miles de millones de pesos en bienes y que por lógica fueron incautados.
Es necesario destacar que estos procedimientos exitosos traen consigo una percepción de mayor seguridad, pero son lentos, entendiéndose que la idea de la Fiscalía y de los detectives investigadores es presentar la mayor cantidad de evidencias científicas o técnicas, y que ello dificulta la acción de defensores privados y públicos. Es decir, investigar bien de principio a fin para no encontrarse con sorpresas desagradables, y que no son extrañas en un sistema judicial exacerbadamente garantista.
Hoy, ni fiscales ni detectives tienen facultades para practicar diligencias intrusivas, salvo flagrancia u orden de un tribunal competente. Creo que ello ya amerita una modificación legal; es decir, y asumiendo responsabilidad y en casos urgentes un fiscal o un detective, pudieran resolver una medida de carácter intrusivo.
Creo que ello mejoraría la investigación y la seguridad. Ejemplos pueden ser muchos, uno de ellos es cuando se ubica en un domicilio a un prófugo de la justicia. Los detectives no pueden proceder, se requiere informar a un fiscal y éste solicitar autorización a un juez, lo que no siempre es instantáneo; o sea, cuando se cumpla la formalidad ya no va a existir prófugo.
Mismo caso ocurre con la droga. Los delincuentes tienen tiempo hasta de destruirla, quemarla o botarla a inodoros. Por lo tanto, a veces urge llevar a cabo un procedimiento rápido, pero la tramitación legal no lo hace posible.
Alberto Contreras Silva
Dictaduras e izquierdas
Estos últimos tiempos en América Latina ha suscitado nuevamente el gran declive de nuestro hemisferio: la subjetividad de las dictaduras. Hay un problema de fondo en creer -ingenuamente- que existen dictaduras buenas (o menos malas) y dictaduras que tienen la condena real que todo régimen dictatorial merece.
Venezuela, el eterno ejemplo por la intención de perpetuarse en el poder de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, es el caso más útil para graficarlo. Para algunos, un país con problemas; para otros, la dictadura más nefasta de los últimos años.
En este punto, uno puede palpar cercanamente al Presidente Gabriel Boric. Un Presidente que condenó a Nicaragua como el régimen autoritario que es, pero que demuestra dificultad notoria para condenar a Venezuela, más aún con los últimos acontecimientos del ex teniente asesinado en Chile y las inhabilidades a sus opositores.
Esta izquierda presente en Chile tiene un fetiche enloquecido de condenar la dictadura de los dictadores muertos, pero tiene una relatividad vergonzosa con los dictadores vivos. En definitiva, el discurso de la nueva izquierda frenteamplista no es más que un eslogan carente de coherencia y de una deshonestidad intelectual notoria.
La izquierda es relativa en su contenido, es sumisa ante las dictaduras afines a sus ideas y es hipócrita al ofrecer una narrativa rentable en la condena a regímenes contrarios a sus ideas fracasadas.
Alonso Rivera
Reforma previsional acotada
En plena discusión previsional, existe la posibilidad de sacar adelante una reforma previsional acotada, en la medida que se dejen afuera los nudos críticos que imposibilitan avanzar en acuerdos transversales. Dos son los puntos centrales que pueden aunar esfuerzos de todos los actores, que son aumentar los montos de la PGU -a partir de una reforma tributaria acotada para ello-, y que sólo se aumente la cotización adicional en un 3%, y que vaya directo a las cuentas individuales de los trabajadores.
Hablaría muy bien de todos los actores políticos que están discutiendo la reforma previsional si focalizan los esfuerzos en los puntos comunes, cediendo todos lo suficiente para sacar adelante tan anhelada reforma.
Si, en cambio, el Gobierno sigue sosteniendo la misma posición que ha tenido en dichos puntos críticos, será la lápida para esta reforma, postergando una vez más una necesidad urgente de los pensionados y pensionadas en Chile.
Eduardo Jerez Sanhueza