Carlos Ilabaca

Los últimos muestreos realizados en el lago Llanquihue por equipos del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de Chile y la Unidad de Geología isotópica del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), durante los meses de verano, revelaron una preocupante tendencia al alza en los episodios de contaminación registrados en las comunas de Frutillar y Puerto Octay, una situación más estable en Llanquihue y una disminución en Puerto Varas.

De manera paralela, se determinó que si bien en el río Maullín se mantiene un aporte variable de contaminantes, los cuales han tendido a disminuir, también se evidencian situaciones esporádicas en la eliminación de residuos industriales (RILES), cuya periodicidad no ha sido determinada.

Estos resultados se enmarcan en el desarrollo del proyecto "Evaluación de la contaminación ambiental orgánica e inorgánica en ambientes acuáticos y su impacto en el riesgo de cianobacterias productoras de cianotoxinas", que inició sus primeras prospecciones en el lago en 2017 y que a partir del año 2022, se sumó a un proyecto regional (América latina y el Caribe) del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), cuyo objetivo es fortalecer la gobernanza y la gestión sostenible de ríos y lagos mediante la mejora de las capacidades regionales de equipos multidisciplinarios de profesionales. Este proyecto mantendrá un trabajo constante de monitoreos hasta el año 2026.

En ese contexto, los equipos de trabajo llevaron a cabo muestreos correspondientes a la época de verano en el lago Llanquihue, que se extendió entre los meses de diciembre de 2023 y finalizó el 7 de marzo de 2024, período en el cual se realizaron mediciones in situ de distintos parámetros como transparencia, pH, conductividad, oxígeno disuelto, turbidez, temperatura, potencial redox y amonio; y adicionalmente se colectaron muestras de agua para análisis morfológicos (microscopia celular) y parámetros físico-químicos en laboratorio.

Puerto Octay

Los resultados mostraron una diferencia importante entre las distintas comunas que rodean al lago durante el período estival, siendo los datos más preocupantes los obtenidos en Frutillar y Puerto Octay.

El Dr. Carlos García, investigador responsable del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de Chile, comentó que hablar del lago en general es complejo, ya que hay zonas no contaminadas y zonas preocupantes, las cuales coinciden con los mayores centros urbanos.

"Si centramos los hallazgos desde las ciudades, las zonas más preocupantes son Puerto Octay (zona playa Maitén), por los aportes de contaminantes que están asociados a componentes agrícolas, y luego Frutillar y Puerto Varas, en las cuales se han detectado índices variables de coliformes fecales que llegan a sobrepasar en ocasiones la norma sanitaria. Aun cuando Puerto Varas destaca por haber realizado un intenso trabajo de gestión para disminuir los episodios críticos de contaminación", mencionó.

En la zona de Puerto Octay, el equipo detectó un florecimiento de microalgas entre el 20 al 25 de febrero, que se caracterizó por un aspecto visual del agua con tonalidades verde-amarillas, principalmente en la costa, con una extensión aproximada de 100 metros por el borde de la playa y de 5 metros de distancia hacia el interior del lago en relación a la orilla.

En el sector se detectó un afluente local, el cual aportaba altos niveles en el contenido de amonio, por lo que ahora queda por identificar el origen del contaminante como posible responsable en la floración de la microalgas, dice el informe técnico.

Frutillar

En la bahía de Frutillar, en tanto, el doctor Carlos García explicó que los parámetros que indican la calidad del agua del lago tienden a variar en los tres puntos medidos (Costado Islita, casa Richter y frente al Colegio Alemán). "En estos sectores se ha determinado una relación en el tiempo (desde 2017) de aportes de