Crisis de seguridad
El Estado tiene la obligación de garantizarle a las personas el derecho fundamental a vivir en libertad y sin temores.
El último informe de la empresa de estudios de opinión Ipsos, en base a 800 encuestados, reveló que la percepción de inseguridad en Chile ha aumentado en el último año, con un 82% que dice que hay más problemas de seguridad pública que hace 12 meses. El estudio hizo especial énfasis en las mujeres: el 90% afirmó que siempre o casi siempre se siente insegura cuando camina de noche a su casa.
Según los entrevistados, los principales problemas son los asaltos, robos, portonazos y la delincuencia urbana, con 49%, seguido por la inseguridad y delincuencia por consumo de drogas, alcohol, personas durmiendo en las calles, prostitución y otros con 22%, y el narcotráfico con 14%. A juicio de los encuestados, las causas de la inseguridad son las bandas criminales organizadas (60%), el insuficiente control de las fronteras y la migración (57%), el narcotráfico (55%) y la incapacidad de los tribunales de justicia (40%). Uno de los puntos con mayor variación fue de las fronteras y la migración, aumentando cinco puntos respecto del año pasado.
De acuerdo con el estudio, sigue creciendo la relación que hacen las personas entre delincuencia y migración, lo que plantea un problema muy complejo para el país, pues no sólo se trata de control de fronteras y persecución de grupos delictivos organizados, sino que hay que ordenar internamente a la población ya migrada, regularizar su situación y también integrarlos. De lo contrario, se profundizarán las tensiones internas, intolerancias en diversos espacios y actitudes xenofóbicas hacia la presencia de migrantes. La mayoría de los encuestados señaló al Gobierno como el principal responsable para enfrentar problemas de seguridad pública.
Con frecuencia las personas dicen sentir mucho miedo con la actual situación, e incluso un alto porcentaje indica que cambió sus hábitos de vida por seguridad, como evitar salir de noche, ajustar horarios de salida, modificar los lugares que frecuentaba y las rutas de traslado. Los temores de la gente ante la espiral de delincuencia son justificados. Hay hechos violentos y con más sensación de impunidad. Eso lo perciben las familias detrás de los cercos electrificados y de las protecciones de fierro de sus casas. Los chilenos han decidido cuidarse de la delincuencia, encerrados en sus casas, porque nadie les puede asegurar su vida y las de sus familiares frente a delitos que se cometen cada vez con mayo violencia.