Acceso equitativo para la salud
Aunque los gobiernos han aumentado los presupuestos en este ítem, la sensación de carencia y lentitud persiste.
Durante la pandemia los países experimentaron retrocesos en los indicadores de salud que han revelado o exacerbado debilidades en los respectivos sistemas, en la detección y el tratamiento de enfermedades como la tuberculosis, el cáncer y el VIH, en el diagnóstico y tratamiento de patologías no transmisibles y en la disminución de las tasas de vacunación de rutina. Este fenómeno tiene y seguirá teniendo enormes repercursiones en la población.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado a los gobiernos a colocar la salud en el lugar que le corresponde, para que sea el centro de la agenda de desarrollo sostenible. En Chile, desde hace tiempo que en diversos sondeos el tema de la salud es mal evaluado por la ciudadanía. En el año 2020, el Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello dio a conocer una encuesta nacional, en la cual los usuarios en general le dieron una nota de 3,7 a su sistema.
Estas cifras son preocupantes si se considera que los gobiernos han aumentado los presupuestos de salud pública y algo similar ha realizado el sector privado. Sin embargo, ha habido un descontento de los usuarios respecto de ambos sistemas. En ese estudio, el 67% de los afiliados a Fonasa dijo sentirse desprotegido, mientras el 28% de los usuarios de las Isapres también tenía esa percepción.
Algunos de los aspectos peor evaluados fueron el tiempo de espera para recibir una atención médica, el tiempo que le dio el médico en la atención y el monto que tuvo que pagar. Hay una crítica casi generalizada en cuanto a que los sistemas de salud son lentos o poco oportunos en el acceso a las prestaciones, las urgencias y las hospitalizaciones Evidencias hay suficientes: numerosos reclamos de falta de atención, listas de espera para interconsulta e intervenciones quirúrgicas. Pasan y pasan los años y esta realidad, en lugar de ceder, persiste porfiadamente.
Este escenario exige abordar el tema de la salud en forma integral, a fin de atender las necesidades de las personas y contribuir a mejorar su entorno. Se trata de recursos, claro está, pero también de gestión.