En Chile, la búsqueda por mejorar la eficiencia en la administración de fondos de pensión ha sido un objetivo constante. Hace más de una década se inició este esfuerzo con la licitación de afiliados nuevos y ahora se propone extender esta práctica a los afiliados antiguos. Aunque el propósito es loable, es esencial evaluar y responder algunas preguntas fundamentales antes de proceder: ¿han sido exitosas las licitaciones de afiliados nuevos? ¿Se implementan estas licitaciones en otras partes del mundo? ¿Qué riesgos podrían surgir?
Las licitaciones introducidas en 2010 lograron reducir las comisiones cobradas por las AFP, disminuyendo el promedio de 1,64% a fines de 2009 a 1,12% en la actualidad. También facilitaron la entrada de nuevos actores, como Modelo y Uno. Sin embargo, los últimos procesos han mostrado limitaciones, con un único oferente y un proceso que quedó desierto en 2018. Por lo tanto, la reducción de costos ha sido moderada y las subastas competitivas no han alcanzado el éxito esperado.
A nivel internacional, experiencias similares en Bolivia (1997), Panamá (2000), Kosovo (2002) y Perú (2012) no han sido ampliamente adoptadas, y la licitación de afiliados antiguos es inexistente en otros países.
La licitación de afiliados antiguos podría generar pérdidas de rentabilidad al alterar la cartera óptima del fondo. La transferencia de activos alternativos entre las AFP puede ser complicada e indeseable para la receptora, especialmente con activos específicos como edificios o infraestructuras. Además, los límites de inversión podrían impedir a la AFP receptora recibir ciertos instrumentos financieros si ya está restringida en ese campo, complicando aún más la gestión de activos ilíquidos. Esta situación conduciría a carteras subóptimas y a una homogenización de los fondos, eliminando la rentabilidad como un factor diferenciador, crucial para determinar el monto de la pensión futura.
Antes de avanzar con la licitación de afiliados antiguos, deberíamos primero mejorar las licitaciones de afiliados nuevos para que sean más competitivas y atractivas para múltiples postores. Algunas medidas podrían incluir reducir el encaje requerido, permitir una combinación de comisiones por administración de cuentas y gestión de inversiones, admitir que se cobren comisiones diferentes a los afiliados antiguos y nuevos, o extender el período licitado a más de dos años. Además, es crucial buscar mayor eficiencia en la administración de fondos adoptando un régimen de inversión moderno con supervisión basada en riesgos, similar al sistema bancario. También deberíamos permitir la participación de más instituciones en el sistema, incluyendo sociedades sin fines de lucro y entidades con otros giros, no exclusivamente la gestión de fondos de pensiones.