Redacción

El Partido Comunista de Chile informó ayer su postura sobre Venezuela, luego de pasar el fin de semana en una sesión extraordinaria de comisión política, a la que asistieron los ministros Camila Vallejo (Segegob), Jeannette Jara (Trabajo) y Nicolás Cataldo (Educación). El partido señaló que "reafirmamos que la política exterior de Chile es conducida por el Jefe de Estado", Gabriel Boric. Sin embargo, su timonel, Lautaro Carmona, a los minutos afirmó que Venezuela "no es una dictadura", lo que contradice lo señalado por el Mandatario hace unos días.

La colectividad llamó a la comunidad internacional a "abstenerse de adoptar posturas que puedan fomentar un clima de confrontación en Venezuela, que agudicen la crisis a niveles extremos".

Esto va en línea con lo manifestado por Carmona horas antes en Radio Nuevo Mundo: "Nos encantaría que hubiera alguna consideración por el canciller (Alberto van Klaveren) o la Cancillería", para "comentar abiertamente con el país por qué nos vimos obligados a estar en una firma con este grupo de (diez) países", entre ellos EE.UU., que el viernes rechazaron la ratificación de Nicolás Maduro como presidente, realizada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, pese a que, a casi un mes de los comicios, aún no publica las actas electorales.

El PC, no obstante, ayer señaló que "compartimos el llamado de países de la región a entregar el desglose de las actas del proceso eleccionario, lo que debe ser validado por veedores internacionales imparciales".

Carmona vs. boric

Aquel mismo viernes, el Presidente se refirió en X a lo ocurrido como un "falso triunfo autoproclamado de Maduro" y, por primera vez, afirmó que el régimen es una "dictadura".

Carmona, sin embargo, señaló ayer que Venezuela "no es una dictadura", porque "yo no puedo apurarme en definir una dictadura si conozco que hay separación de poderes. Unos dicen 'no, los poderes no están separados'. Bueno, no sé en Chile si están separados o no".

"No soy ni vocero, ni representante (del régimen), sólo hablo desde una mirada política a un proceso que, la parte que a mí me importa, es la que viva el pueblo como proceso bolivariano", agregó el líder del PC, junto con que "no quiero entrar en un debate con el Presidente, porque quiero ser consistente en que respeto a pesar de mi diferencia".

La secretaria general del PC, Bárbara Figueroa, descartó la existencia de un "doble debate, (...) porque nosotros siempre hemos reafirmado que quien lleva las relaciones internacionales en el país es el Presidente".

El Mandatario, al cierre de esta edición, no emitía un comentario sobre las palabras del timonel oficialista. Tampoco los ministros presentes en la reunión del partido.

Renuncia de ministros

El jefe de la bancada UDI en la Cámara de Diputados, Gustavo Benavente, acompañado por los miembros de la comisión de Relaciones Exteriores, Cristián Labbé y Cristhian Moreira, solicitaron a "los ministros y subsecretarios que son militantes del PC que manifiesten su posición contraria a las recientes declaraciones que emitió el presidente de la colectividad".

En caso contrario, indicaron los legisladores, las autoridades "no tendrán otra alternativa que presentar su renuncia", porque "la presencia del PC en el Gobierno se ha vuelto absolutamente insostenible".

Pasadas varias semanas desde el inicio de los cortes de luz masivos que afectaron en agosto a vastas áreas de la zona central, no quedan dudas que la gestión de Enel fue deficiente y negligente. Y también es claro que el justificado fastidio de los afectados no se explica sólo por la caída del suministro eléctrico, sino principalmente por la indolente reacción de la empresa a nivel comunicacional.

El 50% de los llamados de clientes con problemas no fue gestionado en las primeras 48 horas, según datos del Ministerio de Energía. Los reclamos entraban a un limbo telefónico o digital que los podía dejar en espera minutos u horas. En paralelo, la información que entregaba la compañía iba desfasada, prometiendo plazos de reposición que nunca se cumplían y llegadas de cuadrillas que tampoco aparecían.

El caso Enel sirve para recordar que la comunicación es hoy un eslabón tan crítico como estratégico en la oferta de valor de cualquier industria, ya sea en la venta de bienes o en la provisión de servicios.

Tradicionalmente, las empresas han separado las reparticiones ejecutivas en dos "clases sociales". Los parientes ricos son las gerencias comerciales, de finanzas y de producción, mientras que los primos pobres (despectivamente llamados "back office") son recursos humanos, comunicaciones e informática. La pandemia actualizó algo esta brecha, y los ingenieros informáticos se convirtieron en una nueva burguesía emergente.

En medio de esta división entre áreas de primera y segunda categoría, la crisis de Enel no debe ser pasada por alto e, irónicamente, debe dar luces al respecto.

A estas alturas parece una herida autoinfligida que las empresas no radiquen el tema comunicacional en la alta gerencia, y que los ejecutivos de esta área tengan un peso específico menor que el de sus parientes más conspicuos. Para qué decir que los temas comunicacionales sigan dependiendo de las gerencias comerciales y/o de marketing, en vez de tener una vinculación directa con el CEO y el directorio. Y ni pensar de una gerencia de comunicaciones que no tenga incidencia real en todas las decisiones del negocio.

Esto sólo puede tener sentido si se acepta que todos los temas estratégicos de una empresa tienen una dimensión comunicacional, y que el desafío es cómo gestionarlos de manera conjunta con cada área específica, entendiendo que las lógicas comerciales, productivas o legales deben cohabitar con las reglas de la comunicación.

El daño económico que puede generarse por errores comerciales, financieros o contables es importante. Pero el impacto reputacional que puede sobrevenir por manejos comunicacionales errados, negligentes y chapuceros es incluso mayor, especialmente por los efectos de largo plazo… incluida la potencial caducidad de la concesión que sostiene el propio negocio, como ocurre hoy con Enel.

"A estas alturas parece una herida autoinfligida que las empresas no radiquen el tema comunicacional en la alta gerencia, y que los ejecutivos de esta área tengan un peso específico menor que el de sus parientes más conspicuos".

Centro de Estudios de la Comunicación (ECU) Universidad de los Andes