Estadio Ewaldo Klein en espera
La concreción del recinto deportivo de Puerto Varas sigue siendo víctima de los desencuentros y dudas técnicas.
Durante 15 años, la falta del Estadio Ewaldo Klein le ha penado a la comunidad deportiva de Puerto Varas. Víctima de sucesivos problemas en los procesos de licitación y ahora, tanto de desacuerdos políticos como de las bases técnicas del llamado, según han dicho los actores de ambas partes, el recinto deportivo sufrió un nuevo traspié la semana pasada, cuando la votación en el Concejo Municipal no arrojó el quórum necesario para que se adjudicara la obra a la empresa seleccionada por el equipo directivo de la casa alcaldicia.
Para el actual desencuentro hay dos versiones. Por una parte, los concejales que rechazaron dar su voto a la adjudicación esgrimen que la empresa elegida no cuenta con la adecuada experiencia, para la magnitud de la iniciativa, y que, además, se le exigió una boleta de garantía por un monto muy menor, considerando la inversión de casi 4 mil millones de pesos que demanda el nuevo estadio. El alcalde Tomás Gárate, en tanto, ha apuntado a determinantes políticas en el rechazo, apuntando a la proximidad de la elección municipal del 26 y 27 de octubre, advirtiendo que llevará los antecedentes a la Contraloría General de la República.
Es evidente que se trata de dos posturas muy disímiles, atravesadas por cuestiones técnicas y políticas. Aunque es probable que haya puertovarinos, sobre todo aquellos de agrupaciones deportivas expectantes por el estadio, que apuesten por una rápida ejecución, el historial de obras de índole pública adjudicadas y abandonadas en estos últimos años en la región es demasiado extenso como para obviarlo. Hay que recordar que el propio Ewaldo Klein ya ha tenido procesos fallidos de adjudicación, y mudo testigo es la cantidad de material que permanece allí.
Tal como lo admitió el jefe comunal, es muy probable que los tiempos de Contraloría no se condigan con los plazos que hay para la licitación, lo que eventualmente obligaría a un nuevo proceso una vez que asuma la siguiente administración alcaldicia. Con todo, quizás la voz más sensata fue la del presidente de la Asociación de Fútbol Amateur, el más interesado en su concreción, que conocedor de la historia de la remodelación del estadio, advirtió que "no cualquier empresa puede meterse ahí".
Parece evidente que la historia del Ewaldo Klein no se seguirá escribiendo donde corresponde, en la cancha, sino que en los salones del municipio y oficinas de la Contraloría.