Uso de celulares en las salas de clases
Un proyecto de ley en trámite apunta a regular la presencia de estos dispositivos, frecuentes distractores en el aula.
Hace unas semanas la Cámara de Diputados aprobó en particular el proyecto de ley que busca prohibir y regular el uso de dispositivos digitales, como celulares y tablets, en establecimientos educacionales. La propuesta, que ahora se remitió al Senado para su segundo trámite legislativo, modifica la Ley 20.370 General de Educación, con el fin de limitar el uso de estos dispositivos en las etapas parvularia, básica y media.
El proyecto fue aprobado en general el pasado 30 de julio, cuando se presentaron varias indicaciones que buscaban retomar la idea original de prohibir el uso de celulares en la enseñanza parvularia y básica. Estas modificaciones fueron finalmente respaldadas el lunes 12 de agosto por la sala. Los parlamentarios subrayaron la importancia de restringir el uso de celulares para evitar distracciones en el proceso de aprendizaje. También se consideró la necesidad de adaptar los procesos educativos a los nuevos medios tecnológicos, reconociendo que la tecnología juega un papel crucial en la sociedad actual. El consenso alcanzado en el proyecto fue destacado como un avance significativo.
Un estudio de la Universidad de los Andes señaló que al menos 7 de cada 10 adolescentes chilenos usan su celular regularmente en la sala de clases, y 6 de cada 10 admiten que ello afecta su rendimiento escolar. Algunos expertos dicen que los dispositivos móviles durante el proceso de aprendizaje de los menores generan distracción y falta de concentración. Mientras más temprano se inicia el uso de dispositivos móviles o de pantallas en niños, mayor es su dependencia, lo que dificulta aún más la labor de enseñanza de parte de los profesores. A su vez, hay quienes defienden que haya regulación de su manejo, pero no prohibición, ya que sirve como un elemento complementario en las aulas y solicitan que solamente se restrinja su utilización en algunos momentos.
Pero tal vez donde se enfrentan las mayores complicaciones es en el comportamiento de los niños, que se han hecho dependientes de los móviles y de las tecnologías en general, lo que ha reducido sus tiempos de estudio, se ha afectado la atención, la concentración y se dificulta el aprendizaje. Esto lo saben los profesores, para quienes se ha transformado en una odisea tratar de que los niños y jóvenes en clases se desconecten del móvil y de las redes sociales.