El escándalo derivado de las acusaciones contra Íñigo Errejón, un conocido dirigente de la izquierda española y del Frente Amplio chileno que renunció esta semana a todos sus cargos en medio de testimonios de violencia de género, anticipa un "Me too" que puede provocar un terremoto en la política española y que pone contra las cuerdas a Sumar, socio minoritario del actual Gobierno socialista.
Además de diputado y vocero parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, de 40 años, era uno de los más populares jóvenes progresistas llamados a renovar la clase política española, pero su carrera se truncó el jueves con su dimisión, tras admitir que eran ciertos los testimonios anónimos que lo acusaban de violencia de género en redes sociales.
Estos testimonios fueron recopilados y publicados esta semana por la periodista y activista feminista Cristina Fallarás en su cuenta de Instagram, pero distintos medios informaban este viernes que los comentarios sobre la vida personal de Errejón circulaban desde hace tiempo en la escena política y mediática española.
El escándalo saltó el jueves con la dimisión de Errejón, pero se agravó este viernes con la denuncia presentada ante la Policía por la actriz española Elisa Mouliaá, que relata cómo Errejón la agredió sexualmente al menos en tres ocasiones en la misma noche de septiembre de 2021, antes, durante y después de acudir a una fiesta.
La demanda detalla los abusos -aunque cuando ocurrieron los hechos aún no estaban tipificados como tales- consistentes en tocaciones y besos no consentidos, además de comentarios de índole sexual.
El caso salpica directamente al partido de Errejón, Sumar, que inmediatamente abrió una investigación interna que, hasta el cierre de esta edición, solo había derivado en la renuncia de Errejón.
Yolanda Díaz, líder de este espacio, subrayó el mismo jueves desde Bogotá su apoyo a las mujeres que denuncien maltratos o acoso y fue respaldada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que le expresó su confianza en redes sociales.
La cascada de reacciones alcanzó en pocas horas a todo el arco político, aunque en muy distinto sentido: mientras la izquierda expresa su apoyo a las víctimas y reconoce la rápida reacción de Sumar, desde la derecha acusan a la formación de encubrir las acusaciones y cargan contra el Gobierno.
Sumar, contra las cuerdas
El escándalo puso contra las cuerdas a Sumar, en un momento ya de por sí delicado para el partido, que nació antes de las elecciones de 2023 en España y se fundó oficialmente recién en marzo.
Sumar defiende su actuación, al abrir una investigación interna nada más conocer las acusaciones en redes sociales contra Errejón a principios de esta semana, pero el caso provoca una herida profunda en la formación, que tiene el feminismo como bandera.
Tras los malos datos cosechados en las elecciones europeas y la renuncia de Yolanda Díaz a la cabeza, Sumar afrontará una asamblea a mediados de diciembre para definir su liderazgo y concretar su papel en un panorama político con la izquierda muy fragmentada.
Gobierno: hasta el final
El Gobierno de izquierda, ya en el ojo del huracán por un caso de corrupción que salpica al exministro socialista José Luis Ábalos -que fue uno de los hombres fuertes del Partido Socialista-, trata de minimizar el impacto de este nuevo escándalo que salpica a su socio.
Tras admitir su preocupación y el shock inicial, los socialistas cierran filas con sus aliados y evitan hablar de posibles repercusiones para el Gobierno.
Tanto el presidente, Pedro Sánchez, como sus ministros han ensalzado el trabajo de Yolanda Díaz y de Sumar dentro de la coalición, así como la respuesta "contundente" de este partido ante el caso de Errejón.
Un sector de los socialistas cree que hay dejar tiempo al proceso judicial y a la investigación interna del partido y apuntan que habrá tiempo de dar explicaciones.
Tanto PSOE como Sumar coinciden en que ahora toca centrarse en las mujeres que denuncian maltrato o acoso.
Piden responsabilidades
Por el contrario, desde la derecha española piden responsabilidades a Yolanda Díaz y acusan a Sumar de encubrimiento.
Entre las voces más críticas es la presidenta de la región de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien dijo que a la izquierda se le cae la "pancarta" del feminismo.
También el ultraderechista Vox carga contra la izquierda. "Pedro Sánchez y sus socios son un peligro para las mujeres. Y su vicepresidenta, una encubridora", sostuvo su líder, Santiago Abascal en la red X.
Mientras se multiplica el eco del caso Errejón, Cristina Fallarás adelantó el viernes que reunió más testimonios que apuntan tanto al ya exdiputado como "a otros líderes políticos" españoles.
No es la primera vez que un escándalo similar sacude a la opinión pública en España. El "Me Too" -como se bautizó el movimiento de denuncia de abusos que se popularizó en 2017 en Estados Unidos- alcanzó hace cuatro años al conocido tenor español Plácido Domingo, quien, tras una investigación que corroboró las denuncias de acoso sexual en su contra, asumió "toda la responsabilidad" y pidió perdón a las víctimas.