Día de Iglesias Evangélicas
Este credo, de amplia y destacada trayectoria en el país, ha experimentado un sostenido crecimiento de fieles con los años.
Se conmemoró ayer el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes de Chile, instituido por la Ley 20.299 y que pretende honrar y destacar el aporte de esas iglesias. El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero clavó sus "95 tesis" en la puerta de la iglesia de la ciudad alemana de Wittenberg, marcando con ello sus diferencias con la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, institución oficial a nivel religioso en aquella época. A partir de esa acción, se inició el proceso de reforma y ordenamiento religioso en el mundo.
La iniciativa de establecer un día festivo para la celebración de las iglesias evangélicas y protestantes en Chile no estuvo exenta de problemas, ya que se criticó el alto costo que tendría la instalación de un nuevo feriado legal. Pero en su oportunidad, legisladores defendieron la iniciativa puesto que existían ocho festividades católicas que son celebradas como festivos religiosos. Además, destacaron el rol social que han cumplido las iglesias evangélicas y protestantes, y el porcentaje significativo de sus fieles.
La llegada del evangelismo a Chile data de mediados del siglo XIX, gracias a la inmigración de alemanes e ingleses, que trajeron al país sus creencias luteranas y anglicanas, respectivamente. Pero el gran poder que tenía la Iglesia Católica y su relación con el Estado no permitió su desarrollo. En 1883 se aprobaron en el país las "leyes laicas" y en 1909 nació la Iglesia Metodista Pentecostal. Pero no fue hasta después de 1925, gracias a la separación oficial del Estado y la Iglesia Católica, establecida en la Constitución de ese año, que la población evangélica empezó a crecer.
Cuando se planteó la necesidad de que este sector tuviera un día de celebración, se consideró que debía ser un reconocimiento al aporte que han realizado a la espiritualidad de la sociedad chilena. En el país, hay una diversidad de credos, que a la vez representan posturas distintas frente a la sociedad, pero la institucionalidad evangélica ha tenido importantes avances en conversión de fieles.
El aporte del pueblo evangélico no sólo debe considerarse desde el punto de vista de la ramificación de sus templos en todos los rincones del país, sino también en otros ámbitos del quehacer nacional, como es el caso de la educación y de los colegios que tienen y administran. Han desarrollado una importante labor, solidaria, especialmente con los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.