El desenlace de los casos penales de Trump tras ganar las presidenciales
El más apremiante de los cuatro, el de Nueva York, tendrá una audiencia este martes que podría ser decisiva.
Los cuatro casos penales que pendían sobre el candidato republicano Donald Trump en las elecciones de EE.UU. enfrentan muy probablemente su archivo definitivo tras convertirse en ganador de los comicios presidenciales del pasado martes, pues el Departamento de Justicia no podrá encausarlo una vez tome posesión.
De cara a la investidura presidencial, el 20 de enero de 2025, los funcionarios de Justicia habían dado señales que apuntan al cierre de los dos casos federales impulsados por el fiscal especial Jack Smith, aunque el propio Smith este viernes despejó dudas al pedir una pausa en el juicio penal por el asalto al Capitolio contra Trump, para evaluar la situación.
Su petición a la magistrada Tanya Chutkan señalaba que necesita que se anulen los plazos restantes para determinar "el camino apropiado" en consonancia con las políticas del Departamento de Justicia, que impiden investigar a los presidentes mientras estén en ejercicio. Y la magistrada aceptó pocas horas después conceder la pausa al juicio.
Trump está acusado en el Distrito de Columbia por sus intentos para revertir los resultados de las elecciones que perdió en 2020 y por haber presuntamente instigado el asalto al Capitolio.
Según el diario The New York Times, Smith ya había iniciado discusiones con integrantes del Departamento de Justicia sobre cómo avanzar tras las elecciones en los dos casos federales contra Trump: el del asalto al Capitolio y la acusación en Florida por haberse llevado de la Casa Blanca documentos clasificados al abandonar el poder.
El republicano dijo durante la campaña electoral que en su primer día como presidente despediría al fiscal Smith y ordenaría al Departamento de Justicia cerrar los casos en su contra.
Este 21 de noviembre estaba previsto que los abogados de Trump presentaran a la jueza su documentación sobre por qué no debería ser juzgado en Washington después de que el Tribunal Supremo fallara que los expresidentes gozan de una amplia inmunidad judicial.
El fiscal especial no ha solicitado de momento una pausa en el proceso en Florida.
Trump enfrenta cuatro juicios penales paralelos: esos dos federales y otros dos en cortes locales de Nueva York y de Georgia.
El caso de Nueva York
El caso más acuciante en el que está implicado Trump es el de Nueva York, que está pendiente de sentencia después de que el pasado mayo un jurado lo condenara por 34 cargos de falsificación de registros comerciales para encubrir durante la campaña electoral de 2016 un escándalo sexual pasado.
El juez que preside ese caso, Juan Merchan, ya retrasó la sentencia para evaluar el fallo de inmunidad del Supremo, y tiene fijada una audiencia este martes 12 de noviembre para responder a una moción de la defensa, que además alegaba interferencia electoral, para anular la condena.
Si Merchan decide proceder, la fecha de sentencia es el 26 de noviembre y Trump se enfrenta a una pena máxima de cuatro años de cárcel, pero los expertos creen que la defensa intentará seguir dilatando el proceso; así, la posibilidad de que pise una cárcel es mínima, sobre todo si los retrasos llegan a la fecha de su nombramiento como jefe del Estado.
Según la cadena CNN, que cita una fuente conocedora de la estrategia de la defensa, los abogados de Trump van a presentar en los próximos días una moción ante Merchan que arguye que un presidente electo tiene los mismos derechos constitucionales que uno en ejercicio, y por lo tanto debe quedar protegido de las acciones de los fiscales.
El cuarto caso penal, en Georgia, por presunta interferencia en las elecciones de 2020, no tiene cara de avanzar antes de la investidura, tras ser obstaculizado por un idilio entre los fiscales que llevó a la dimisión de uno de ellos y a una denuncia de la defensa para que se retire la fiscal de distrito Fani Williams.
Trump y sus abogados siempre han considerado que todos estos casos forman parte de una 'caza de brujas' por parte de una fiscalía que obedece a sus simpatías demócratas.
Trump no solo ganó en las urnas: se apresta a ganar en tribunales.