Cinco años en el ostracismo
El fallo del Tricel, independiente de lo que pase en sala penal, es un mazazo para el futuro del ex alcalde Gervoy Paredes.
Dejando momentáneamente fuera el curso que sigue la acción penal con la investigación que realiza el Ministerio Público, la carrera política de Gervoy Paredes ha recibido un mazazo de proporciones luego que el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) resolviera, en breves palabras, confirmar el fallo del Tribunal Electoral Regional (TER) de agosto pasado, cuando en un contundente fallo, ordenara la destitución del entonces alcalde de Puerto Montt por notable abandono de deberes. Aunque en el círculo más íntimo del ex jefe comunal podía haber pequeñas esperanzas para revertir el dictamen emanado desde el órgano de la capital regional, lo cierto es que el camino que encontró Paredes desde agosto se fue haciendo cada vez más tortuoso, al punto que hace unas tres semanas, la Fiscalía solicitara su detención y el tribunal lo enviara a prisión preventiva, en atención a los delitos que se le indagan en su contra, y que apuntan esencialmente a hechos de corrupción en la casa alcaldicia.
La consideración más relevante del fallo del Tricel no es que se confirme su destitución (ya habría sido demasiado extraño que se revirtiera tal sanción en circunstancias que se encuentra tras las rejas), sino que se ha sometido a Paredes a la inhabilidad para ejercer cargos públicos por cinco años desde el momento en que la sentencia sea ejecutoriada. Aun con las expectativas que puedan tener el ex alcalde y sus colaboradores más estrechos para afrontar con éxito la investigación de la Fiscalía y así demostrar su inocencia, estará ahora al menos cinco años fuera del ruedo político, marginado de cualquier opción de volver a postular a un cargo en el municipio o al Parlamento, como lo había planteado en más de una oportunidad en la certeza que tenía sobre "el apoyo del pueblo".
Con todo, en esta extensa historia que se está escribiendo sobre el auge y caída de Gervoy Paredes hay un actor que no puede pasar desapercibido y que en tres ocasiones lo ungió como su candidato: el Partido Socialista. En la elección de 2021, cuando ya había varias evidencias de lo que sucedía en el municipio, no dudó en nominarlo y, con contadas excepciones de algunos militantes, apoyarlo a rajatabla.
Los partidos políticos en general (pues ejemplos similares a los de Paredes hay en todo el país y de todos los colores) debiesen tomar nota de estas experiencias y comprender que no se trata sólo de una cuota más de poder, sino también de una cuota mayor de responsabilidad con sus ungidos.