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piezas que estaban deficientes.
Brauning reconoce no tener expertiz alguna en relojería. Pero ello no fue impedimento para llevar a cabo la restauración. "Hoy en día tenemos internet. Entonces uno también puede encontrar harta información y hay harto juego matemático, basta tener un poco de habilidad con las manos y sobre todo tiempo disponible", comentó.
El reloj está hoy completamente funcional y con muchas de sus características originales, dado que se recuperaron sus piezas prácticamente al estado de cuando recién salieron de fábrica, mediante un proceso de restauración de origen.
La idea, dice Brauning, es proyectar el funcionamiento del reloj por mucho tiempo más. Eso sí, para su operación continua, requiere que una persona le dé cuerda manualmente. "La duración de la cuerda, como es mecánica, dura hasta que el peso toque al piso. Y a la altura que está dispuesto este reloj y la velocidad de bajada de estos pesos le da una duración de 52 horas", detalló.
Pero el trabajo paciente dio sus frutos y este sábado 23 de noviembre -a partir de las 11:30 horas- el resultado podrá ser apreciado por la comunidad de Puerto Montt, que ha sido invitada a presenciar la puesta en marcha del histórico reloj. Entre los ex alumnos invitados especialmente para la ocasión, estará el alcalde electo Rodrigo Wainraihgt.
El padre Castro comenta que se ha avisado a los vecinos para "quienes el reloj ha sido parte de su vida cotidiana, de su historia. Le avisamos a la Junta de Vecinos de Modelo, de la Población Modelo y le avisamos también al Colegio San Javier, a antiguos funcionarios, ex alumnos para quienes el reloj marcó parte de su historia de vida. Más allá de la importancia para toda la ciudad, hay mucha historia de vida, de la infancia de muchos adultos de Puerto Montt, vinculados a este cerro, a su reloj y a sus campanas", recalcó.
Un poco de historia
La iglesia de San José de Puerto Montt se construyó el año 1872, mientras que el campanario se edificó en 1890 con la intención de prestar un servicio a la comunidad.
El padre Pablo Castro ejemplifica su enorme utilidad en la época con un símil más contemporáneo. "Por ahí alguien alguna vez me ha dicho que fue como el antiguo Facebook, en el que se transmitían noticias a todo el villorrio de Puerto Montt o Melipulli. Según el toque de las campanas se avisaban las llegadas de los barcos, se avisaba un funeral, un velorio, se avisaba si había un accidente y si se requería apoyo de vecinos. Las campanas avisaban a la ciudad entera, que estaba aquí a los pies del cerro básicamente", mencionó.
El tañido de las campanas emite un sonido que se estima puede escucharse hasta 2 kilómetros de distancia.
Además del reloj y su respectivo carillón, que está compuesto por tres pequeñas campanas que replican a tonalidades distintas, el campanario en tanto cuenta con cuatro enormes campanas forjadas en la fundición de los Hermanos Grassmayr en Austria y que llevan los nombres de San José (la más grande), Sagrado Corazón de Jesús, Inmaculada Concepción y la más pequeña San Ignacio de Loyola.
La instalación del reloj Garnier y el respectivo carrillón, que es a lo menos 15 años posterior, requirió de la presencia del propio constructor del campanario, Teodoro Langenbach, para autorizar las intervenciones en la estructura y vigas de madera, y del relojero Gustavo Lafrenz.
"Los jesuitas inicialmente siempre habían pensado un reloj aquí en el colegio, en el pórtico de Guillermo Gallardo, que en ese entonces se llamaba Curicó. Después, como ya estaba el campanario construido, dijeron no, arriba en el cerro va a prestar un mejor servicio a la ciudad", destacó Castro.
La estructura del Campanario en sí ha requerido escasas intervenciones debido a la buena calidad de sus materiales y de su construcción. Sólo en 1982 requirió de una modificación menor en algunas ventanas y el piso, para dar mayor seguridad, recalcó Brauning. Eso sí, rememoró, hace 3 años requirió un tratamiento especial contra termitas.
El entorno del Campanario, emplazado en un terreno de 1,1 hectárea, es hoy un verdadero Parque Botánico de especies tanto autóctonas como introducidas, algunas incluso en extinción. Originalmente se visualizó como espacio de cultivo de cebadilla a través de un sistema de terrazas para cultivo y luego para enseñanza, considerando que hasta 1946 el colegio enseñó la asignatura de Horticultura.
Cada año, para el Día del Patrimonio recibe las visitas de unas 500 personas.
"Hay mucha historia de vida, de la infancia de muchos adultos de Puerto Montt, vinculados a este cerro, a su reloj, a sus campanas"
Pablo Castro S.J. superior, de la Comunidad Jesuita.
"Está completamente funcional y con sus características de nuevo. Lo que se hizo este reloj no se reparó, se le hizo una restauración a origen"
Ivan Brauning, administrador del Cerro Campanario.
1860 fue fabricado en Francia el reloj, con el sello del mecánico y relojero Jean Paul Garnier. Existen piezas suyas en Buenos Aires y República Dominicana.
1905 se instaló la pieza al desgaste de sus piezas y al fallecimiento del hermano Antonino Martínez S.J., quien fue su operador oficial desde 1935.