Correo
Parque Nacional Chiloé
El 17 de noviembre de 1982, un hito marcó la historia ambiental de Chiloé: se creó el Parque Nacional Chiloé mediante el Decreto Supremo N° 734. Este espacio protegido, de gran riqueza natural, se extiende por 43.047 hectáreas, distribuidas en dos sectores. El más pequeño, Chepu, se encuentra en la comuna de Ancud, mientras que el sector más extenso, conocido como Abtao, abarca áreas de Dalcahue, Castro y Chonchi.
La creación de este parque fue una respuesta directa al conflicto suscitado por el polémico Astillas de Chiloé, un megaproyecto de explotación forestal en el sur de Chile ideado en 1974 por las empresas japonesas Marubeni Corp. y Sanyo Kokusaku Pulp Co. que, con la venia de la dictadura militar a través de Corfo, pretendió talar alrededor de 125 mil hectáreas de bosque nativo en la Isla Grande de Chiloé, aproximadamente el 23 % del total de su superficie, sin considerar las exigencias ambientales y la identidad cultural de Chiloé.
Sin embargo, con el paso del tiempo, su superficie se ha reducido en más de 4.500 hectáreas debido a un tema crucial: la presencia de comunidades indígenas que originalmente quedaron dentro de los límites del parque. Esto impedía a estas comunidades ejercer su derecho de propiedad y continuar con actividades tradicionales de subsistencia, como la extracción de recursos naturales.
En busca de un equilibrio entre conservación y justicia social, se hicieron varios procesos de desafectación, eliminando la categoría de área protegida en ciertos sectores. Primero se desafectó la zona del lago Huelde, dentro de la comunidad de Chanquín. Posteriormente, se excluyeron una franja de playa y tierras entre Huentemó y el río Colecole, y finalmente otra franja entre el río Colecole y el río Anay, pasando estas áreas al control de la comunidad de Huentemó.
Hoy en día, estos lugares desafectados son escenario de proyectos conjuntos de conservación y turismo entre la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y las comunidades indígenas. Este modelo busca proteger el entorno natural y, a la vez, empoderar a las comunidades locales, rescatando su rol histórico y cultural en la relación sostenible con el entorno.
Es un recordatorio de que la conservación debe integrar la voz y los derechos de quienes han habitado estas tierras por generaciones.
Héctor Contador Santana
Jazz en Puerto Montt
Muchas gracias por lo publicado siempre al Festival de Jazz de Puerto Montt. Sin duda el éxito que hemos tenido está acompañado por vuestra ayuda.
Siempre he luchado porque sea de acceso gratuito para la comunidad, y ese compromiso siempre se ha visto recompensado por la asistencia masiva del público. En estos tiempos de dificultad económica mundial, continuamos ofreciendo conciertos y máster clases gratuitas de grandes músicos locales, nacionales e internacionales. ¡Y eso nos llena e orgullo y satisfacción!
Millaray Mendoza
Resguardo de la democracia
Agradezco a los vocales de mesa que participaron en la pasada elección y se preparan para la de hoy. Su labor fortalece nuestra democracia y mantiene a Chile como un ejemplo mundial. Sin embargo, percibo que nos hemos acostumbrado a una cultura del cliente: "yo pago por recibir un servicio", pero la democracia no funciona así.
En la elección pasada fui nombrado delegado electoral, debiendo designar a un asesor de extrema confianza que, junto al Servicio Electoral y el Ejército, custodiaría los votos. Elegí a mi papá, quien con orgullo comentaba con sus amigos que su misión sería resguardar los votos.
Eso me llevó a pensar que la democracia no se defiende con protestas o huelgas, se defiende en las urnas y participando activamente en los mecanismos establecidos por nuestra Constitución: ser vocal de mesa, delegado electoral o miembro del colegio escrutador, entre otros.
Estas instancias permiten dar garantías y controlar que vivamos en un país donde la democracia sea una realidad y no un simple discurso; porque nuestra democracia es responsabilidad de todos y no de unos pocos.
Mauricio Sáez Yévenes
Hipocresía política
Es profundamente lamentable observar cómo un gobierno puede traicionar cada una de sus ideas y convicciones, si es que alguna vez las tuvo. La hipocresía política ha alcanzado niveles alarmantes durante estos años de gestión, llegando incluso a defender lo indefendible.
Un caso emblemático es el de un presunto violador que, en lugar de ser removido de su cargo de manera categórica, dispone del tiempo, los recursos y las facultades del Estado para presentar su renuncia. Por otro lado, el Ministerio de la Mujer guarda un silencio ensordecedor, y sólo alza la voz cuando se trata de defender a la ministra del Interior, Carolina Tohá.
No menos preocupante es la actitud de organizaciones como la CUT y otras entidades, que permanecen calladas frente a un hecho tan grave como la muerte de un trabajador en el Palacio de La Moneda. Este nivel de incoherencia no es nuevo, pero evidencia un modus operandi sistemático: prometer cambios y justicia social cuando se está en campaña, para luego, una vez en el poder, priorizar intereses personales y económicos.
Es hora de exigir consistencia, coherencia y verdadera responsabilidad política. El silencio y la inacción no deben ser tolerados, especialmente en un gobierno que se autodenomina defensor de los derechos y la justicia social.
Rodrigo Salinas Rojas
Gobierno de apariencias
Sobre el Caso Monsalve, es un gobierno de apariencias, nada más que eso.
Jaime Muñoz