Correo
Mezquindad política y tren
Qué falta de sentido colaborativo la del diputado Mauro González y otros personajes públicos, entre los que se encuentra el alcalde Wainraihgt, a propósito de sus opiniones en contrario a que EFE asegura que habrá guardacruces en 12 puntos críticos de la vía ferroviaria Llanquihue-Puerto Montt (Diario "El Llanquihue" de 24-12-2024)
Un diputado se informa antes de opinar y si otras autoridades públicas encuentran situaciones deficitarias en seguridad ferroviaria las entrega a las autoridades sectoriales que correspondan y no solo a los medios de comunicación para satisfacer su narcisismo y ego político.
Respeto por trabajadores que se están capacitando por EFE y empresas especializadas para ejercer las labores de guardacruces en el trayecto ferroviario es lo mínimo que usuarios, ciudadanos y autoridades debiéramos tener.
En Chile existen unos mil cruces ferroviarios que se rigen por el decreto 38 de 1986 que construye un indicador de peligrosidad de sentido preventivo y sancionatorio.
La conducción de vehículos ante un cruce ferroviario está sujeta al respeto a las señaléticas y a las reglas de tránsito donde existen multas que van de 0,5 a 1,5 UTM y por tanto también existe fiscalización, en tanto que las señales luminosas o acústicas y las barreras manuales y automáticas van dando forma a la seguridad operacional necesaria.
Dejemos trabajar tranquilos. El tren ya es una realidad intercomunal para realizar viajes de trabajo, de estudios, de salud y viajes sociales. La intermodalidad del transporte público se instala en nuestras ciudades. Los buses de acercamiento al tren tanto en Alerce como hacia el centro y Hospital de Puerto Montt así lo demuestran. Es la gente, la comunidad y los usuarios quienes ganan esta vez. No degrademos este avance. La mezquindad política no tiene pasaje en el tren.
Hernán Navarro Alvarado, dirigente social
Cuidar hijos y padres
Los cuidadores de la "generación sándwich", quienes están a cargo de sus padres y sus hijos al mismo tiempo, enfrentan diversos desafíos al momento de cubrir las necesidades de su familia. Uno de ellos es lograr que las personas que están a su cargo adhieran a los tratamientos médicos, porque cerca de la mitad de los pacientes no toma sus tratamientos según las indicaciones. Esto tiene un impacto significativo en la salud de las personas y de la sociedad. Se cree que la falta de adherencia a los medicamentos contribuye a 200.000 muertes prematuras en Europa cada año. Las enfermedades no transmisibles como el cáncer, las cardiovasculares, las condiciones respiratorias crónicas y la diabetes representan la mayor amenaza para la salud en todo el mundo hoy en día, responsable de tres de cada cuatro muertes a nivel mundial. Debido a que muchas personas generalmente viven con una enfermedad no transmisible durante mucho tiempo, a menudo requieren tratamiento a largo plazo.
Por esta razón, ceñirse a los tratamientos nunca ha sido más importante. Hoy se están desarrollando herramientas, basadas en las ciencias del comportamiento, para alentar y empoderar a las personas en la adherencia a sus tratamientos.
Dr. Álvaro Rojas, director médico de Abbott Latam
Batalla cultura
Desde que asumió el gobierno del Presidente Boric, y ad portas de iniciar un año electoral, el concepto de "batalla cultural" cobrará relevancia y será cada vez más escuchado por la opinión pública. Pero, ¿qué es?, ¿cuál es su importancia para las personas? La batalla cultural es el enfrentamiento de ideas entre derecha e izquierda para definir los valores, creencias y normas que guían a la sociedad. Este conflicto simbólico, pero profundamente real, aborda temas cruciales como identidad, género, derechos, economía y medio ambiente, buscando influir en la opinión pública y las políticas.
Mientras la derecha defiende tradiciones, libertad económica y la familia como núcleo central, la izquierda impulsa la equidad social, la diversidad y los derechos de las minorías. Este choque de visiones afecta directamente nuestras vidas polarizando a la sociedad, eliminando los matices y empujando a las personas a elegir bandos, a menudo generando tensiones que fracturan comunidades. Además, complica el diálogo necesario para encontrar soluciones conjuntas a los desafíos que enfrentamos. Los sectores de centro y liberales quedan atrapados en el fuego cruzado: invisibilizados por los extremos o acusados de complicidad. Sin embargo, también tienen el poder de cambiar el juego, promoviendo puentes entre las partes y defendiendo la riqueza de la pluralidad. Pero eso requiere valentía, convicción y voluntad.
¿Por qué importa esta batalla? Porque no es sólo un debate ideológico; está en juego qué valores definirán el futuro de nuestras generaciones y qué normas darán forma a nuestras vidas. ¿Quién ganará el control del relato? ¿Y qué pasará con quienes se niegan a elegir un bando? En esta guerra de ideas, no tomar posición también es una decisión, pero cuidado: el que no participa, podría quedar fuera de la historia.
Rodrigo Durán
Crisis carcelaria
La crisis del sistema penitenciario que vive el país está llegando a un punto de inflexión, donde a pesar que el Gobierno ha reiterado que tenemos el control de las cárceles, no es así. Los indicadores son claros: con un 30% de sobrepoblación penitenciaria el colapso y falta de control son elevados.
Lo anterior se agrava cuando por falta de información, la mayoría de los extranjeros, muchos de los cuales pertenecen a bandas de crimen organizado, no pueden ser clasificados por peligrosidad, convirtiéndose en agentes altamente contaminantes para los reos de baja peligrosidad.
Eric Latorre, director Magíster de Gobierno, Universidad Autónoma