Destacan condición humanista de Sergio Elgueta en su funeral
ÚLTIMO ADIÓS. Ex autoridades y ex parlamentarios llegaron a despedir al abogado, quien tras el golpe militar defendió a muchas personas que fueron llevadas al consejo de guerra.
"Alguna vez, estuvimos juntos en un consejo de guerra, y él me dio el valor para enfrentar a los militares".
Así, el abogado Alejandro Soto se despidió de su amigo y camarada de partido (Democracia Cristiana) en el funeral de Sergio Benedicto Elgueta Barrientos, quien el viernes falleció a los 91 años.
En su intervención, Soto sostuvo que hubo momentos de temor tras el golpe militar de 1973, pero a su lado estaba Sergio Elgueta, quien "siempre actuaba con humildad y apegado al derecho".
Sergio Elgueta, fue tres veces elegido regidor (concejal) de Puerto Montt, una vez alcalde de la capital regional y tres veces diputado por el entonces distrito 57, (Puerto Montt, Calbuco, Maullín y Cochamó).
Su nieto, Lucas Elgueta, recordó que en la última campaña política en la elección de diputados en el año 2002, llevó como eslogan, "Elgueta legisla para todos".
También destacó que su abuelo "protegió jurídicamente a muchas personas, todo por el amor al prójimo. Fue parlamentario, pero su intención siempre iba más allá de legislar".
La familia
El oficio religioso en la capilla del Cementerio Parque de la Esperanza estuvo a cargo del diácono Jaime Díaz.
Al funeral, llegaron ex autoridades y ex parlamentarios, tanto del Partido Demócrata Cristiano, como de la derecha.
"La familia es lo más sagrado, después de Dios. Es donde comienza todo. Este es el gran legado de Sergio, quien se caracterizó por ser un hombre cristiano", reforzó el diácono Díaz.
Recordó el sacerdote lo valiente que fue Sergio Elgueta en 1973 y su colaboración en la llegada de 1987 del Papa Juan Pablo Segundo a Puerto Montt. "Él fue un hombre que no sólo sirvió a Puerto Montt, sino que a toda la patria, como diputado, e incluso fue destacado por todos sus colegas", señaló el religioso en su homilía.
El amigo
El primero en despedirse de Sergio Elgueta, fue su camarada y amigo, el ex diputado de Puerto Varas, Víctor Reyes.
"Era un amigo, camarada y ex colega diputado. Lo conocí de muy joven, como militante de la Democracia Cristiana. Habitualmente, en 1960 se observaba tomando un café con su colega Alfonso Pérez Sánchez".
Reyes destacó las cualidades del abogado puertomontino: "Iluminaba el camino a quienes nos estábamos iniciando. Por sus condiciones humanistas, no dudó en entregar ayuda a muchos militantes. A muchos representó en los consejos de guerra en la dictadura (1973-1990)".
Recordó el ex diputado, que Elgueta fue abogado del Consejo de Defensa del Estado (CDE) y abogado integrante de la Corte de Apelaciones de Puerto Montt.
"Sergio participó en la reconstitución del partido (DC), ganando el plebiscito en 1988. A él le correspondió que ocupara el cargo de diputado, logrando la primera mayoría".
Puntualidad
Otro de los nietos de Sergio Elgueta, Mauricio Cárdenas, destacó una de las cualidades de su abuelo, que estaba relacionada con la puntualidad en el cumplimiento de sus compromisos.
"Nos consuela el haberte tenido. Ha sido motivo de orgullo, porque eras una persona generosa y justa, siempre dispuesta para ayudar a los demás".
Reveló que su abuelo nunca dejó de tener tiempo para estar con los nietos. "Siempre tuvimos tu apoyo, destacabas por tu puntualidad. Siempre con tú maletita, que nunca supimos lo que tenía, y con ese maletín te fuiste".
El hijo menor de Sergio Elgueta, el periodista Jorge Elgueta, reconoció a quienes los han acompañado tanto en los días de velorio, como en el funeral de ayer, al que se estima llegaron unas 400 personas.
"Agradecemos de todo corazón a quienes nos acompañaron, a los políticos de todos lados, comunidad, gente de los Derechos Humanos, de la Democracia Cristiana y del ámbito judicial, ello porque nunca te negaste a entregar una ayuda", manifestó.
Para Jorge, su padre "dejó un legado muy grande en materia legislativa". Además, resaltó cómo influyó en su amor por la naturaleza y en la ética. "También te gustaba el mar, mirabas la bahía, y nos inculcaste principios y valores".