Del fuego, renacer
Carlos Reyes, , director de www.viajealsabor.cl
El fuego aparece cuando uno menos lo espera; usualmente ocurre de ese modo, intempestivo, voraz hasta el estupor. De esa manera ocurrió 11 de enero recién pasado y ensañándose con dos restaurantes, un depósito de licores y, justo en la esquina de Urmeneta e Illapel, con los tres pisos de la Dirección de Turismo de la Municipalidad del Puerto Montt. Destrucción total en cada lugar, con apenas un puñado de equipos y documentos salpicados por el agua, recobrados desde la destrucción. Una situación que gracias a la fortuna no se hizo tragedia: era sábado, hora de almuerzo, tiempo tranquilo en aquella zona de la ciudad y algo muy diferente al devenir semanal.
Pero no por eso impacta menos, al menos para quien suscribe. Durante poco más de dos años y hasta diciembre pasado trabajé en aquellas oficinas cómodas y bien iluminadas; infraestructura distintiva en medio de los aprietes clásicos de cualquier municipio chileno. Un espacio que sirvió para conocer de primera mano como si se tratara de un postítulo, sobre cómo funciona aquel recodo esencial de la administración pública. Una observación sin romanticismos sobre personas que fungieron como auxiliares, administrativos, como también a sus segmentos directivos.
Todos ellos abrieron la puerta al diseño y ejecución un plan de turismo gastronómico bastante sui generis: dar a conocer al puertomontino, sin más, el valor de su propia cocina. La siembra continua de un necesario acto de autoestima, para ayudarlos a creer en el inmenso valor de los sabores locales; para que sean los mismos habitantes de la comuna quienes tras saborear, entender y finalmente querer su comida, sean la caja de resonancia de las bondades culinarias de la zona ante cualquier visitante.
Mediante diversas acciones se puso en relieve el gusto local y hubo respuesta: nuevos platos a la carta, un nuevo ánimo en torno a lo genuino.
Todo aquello fue posible a través del aporte de cada persona vinculada a esa repartición, a quienes aprovecho de agradecer profundamente por toda aquella buena voluntad; por ese profesionalismo generoso que muchas veces el común de las personas no alcanza a divisar. Gracias por tanto aprendizaje.
Ojalá aquel esfuerzo tenga réplica en lo proyectado por las nuevas autoridades puertomontinas. La tienen difícil. En lo material deben partir prácticamente de cero y dando cara con recursos menguados a una temporada veraniega de un Puerto Montt con grandes desafíos por delante: la permanencia de turistas de cruceros en la comuna, promover el sabor de la ciudad con más mercados populares de Chile, entre muchas otras cosas. Además, ver qué queda tras el fulgor veraniego. No será fácil pero gracias al trabajo de los de antes hay una ciudad con una mirada diferente. Acaso con más conciencia de su buen sabor.