Zona del terminal, una tierra de nadie
Dos lecciones deja la crisis de seguridad en esa zona de Puerto Montt: exigir más al Gobierno y cambiar las estrategias.
No hay mejor antecedente para sostener que la zona aledaña al Terminal de Buses de Puerto Montt está sufriendo una evidente crisis de seguridad, que constatar que los delitos se suceden día tras día y que las autoridades y la ciudadanía estén perdiendo lentamente su capacidad de asombro. Cuando eso sucede, la etapa siguiente es la resignación, camino directo al fracaso y a dar finalmente por perdido un sector que, muy a pesar de la ciudad, es su puerta de entrada y salida y, por tanto, la primera y última imagen que queda en la retina de los viajeros.
En apenas tres días, entre el viernes y domingo pasado, tres hechos delictivos se sucedieron tanto afuera como dentro del rodoviario: una mujer fue asaltada en la calle a plena luz del día, un peatón fue acuchillado y unos ladrones intentaron ingresar a uno de los locales que están dentro del terminal. Muchos podrán argumentar que se trata de tres hechos menores, que nadie falleció ni nadie quedó grave, pero aquí es cuando corresponde observar el bosque más que los árboles; y esa mirada arroja un inquietante diagnóstico de toda esa área: a pesar de los esfuerzos que se han desplegado por parte del municipio y de Carabineros, la delincuencia se resiste a declararse en retirada.
Está quedando en evidencia que las estrategias que se han diseñado e implementado no están siendo suficientes y que el problema debe abordarse desde una arista distinta, pero por sobre todo, que el Gobierno tiene que involucrarse de una manera más activa en esta crisis de seguridad que opaca cualquier otro avance. De la Delegación Presidencial Regional como de la Subsecretaría de Prevención del Delito cabría esperar una implicación mayor en esta acuciante complicación que están viviendo no sólo los puertomontinos, sino que los turistas y habitantes de comunas cercanas que llegan a la capital regional a bordo de algunos de los buses.
Es el Gobierno el principal encargado de proveer seguridad, y en lo que compete a la zona del Terminal de Buses, claramente está fallando. Es urgente evaluar lo realizado, pensar de forma distinta y adoptar estrategias que resulten más efectivas, pues el sector se está convirtiendo en aquel lugar que es mejor evitar, algo así como una tierra de nadie y cuando eso pasa, se le entrega finalmente a la delincuencia.