Ministerio de Seguridad Pública
Pronto deberán definirse nuevas autoridades. Debería primar criterio técnico; no político.
Una de las tareas próximas que deberá cumplir el gobierno en todo el país será el nombramiento del primer ministro o ministra de Seguridad Pública de Chile, como también la designación de los nuevos secretarios regionales ministeriales (seremis) que replicarán ese rol en los territorios.
No se trata de una decisión sencilla, porque la creación de esta nueva repartición pública viene acompañada de mucha esperanza ciudadana respecto del combate real y efectivo hacia la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado. Todas expectativas forjadas desde las autoridades durante la discusión legislativa de esta propuesta.
Hay razones para esa mirada. El nuevo ministerio tendrá atribuciones para mantener y promover la seguridad y el orden público; deberá velar por la prevención del delito y será responsable por la protección de las personas. Además, desde esa repartición deberá surgir una propuesta de Política Nacional de Seguridad Pública; es decir, una hoja de ruta en este ámbito que trascienda a los gobiernos de turno y defina la operación del Estado en la materia.
En esa misma línea, deberá dar estructura al Centro Integrado de Coordinación Policial (CICPOL), una estructura de colaboración entre organismos del Estado que hoy no necesariamente conversan. Y, más desafiante aún, el ministerio debe estructurar el Sistema Nacional de Protección Ciudadana, algo así como el 911 de Estados Unidos, con una plataforma única de contacto con la ciudadanía ante todo tipo de emergencias, no sólo delitos.
Se suma la creación del Consejo Nacional de Seguridad Pública y el Consejo Nacional de Prevención del Delito, partes del nuevo Sistema de Seguridad Pública. Es decir, un andamiaje nuevo.
La elección de las nuevas autoridades del ramo deberá ser cuidadosa y privilegiando la experiencia e idoneidad por sobre la conveniencia política de mantener equilibrios en un año electoral. En las regiones, exactamente lo mismo. Sería triste la elección de seremis mirando solamente la militancia, sin realmente contar con personas de gran probidad, pero también capacidad técnica. No olvidemos que tendrán a su cargo decisiones sobre las policías y los recursos investigativos; es decir, mucho poder para administrar en beneficio de la comunidad.