Nula inquietud por pirotecnia ilegal
Ni el Gobierno ni Carabineros pueden llegar tarde a los primeros indicios de funerales de alto riesgo en la zona.
Pese a los planes y medidas especiales que frecuentemente anuncia la autoridad para combatir la crisis de seguridad que está azotando al país, se ha hecho evidente que o no son suficientes o no se aplica la energía que se requiere para que el país retome la senda de tranquilidad que en algún momento de su pasado reciente se extravió. Un buen ejemplo es el episodio que ocurrió la semana pasada en el sector de Mirasol, en Puerto Montt, donde centenares de vecinos se vieron obligados a soportar las consecuencias del lanzamiento de fuegos artificiales por seis largas horas, tiempo durante el cual no hubo ninguna respuesta efectiva de la policía.
La gravedad de este incidente no se limita únicamente al uso descarado de pirotecnia, con los efectos en la salud de las personas y riesgo de incendios que ello conlleva. Esos fuegos artificiales se lanzaron con motivo del funeral de una persona, aparentemente integrante de una barra brava. Desde el Gobierno no hubo ninguna preparación ni anuncio de medidas especiales, tal como ocurre en Santiago, cuando la inminencia de un "funeral narco" moviliza a las fuerzas policiales para circunscribir los riesgos y garantizar la seguridad de la población. Todo indica que en el caso de Puerto Montt o bien no se contó con la información adecuada (lo que ya representa un problema evidente de planificación), o bien no se previó que una situación en particular generaría una conmoción que excedería con creces a la cuadra en cuestión.
Recién al día siguiente de la inquietud periodística existió alguna respuesta de Carabineros, pero en el horizonte mayor, fue bastante exigua. Se detuvo a dos personas por infringir la ley que prohíbe el lanzamiento de fuegos artificiales, pero el Ministerio Público los dejó en libertad para posteriormente ser citados a declarar. En palabras que pueden rozar la desvergüenza, el chiste se cuenta solo. El mensaje que se ha dado es que Puerto Montt está exento de los funerales de alto riesgo y que si es por alguna extrema casualidad y se detiene a alguien por lanzar fuegos artificiales, no le significará en absoluto enfrentar el rigor de la justicia.
Es sabido que los fenómenos delictuales y de inseguridad asoman primero en Santiago y luego en Puerto Montt. Los funerales de alto riesgo ya han asomado su garra acá y a nadie pareció importarle.