Aumento de la violencia escolar
La familia es la primera llamada a formar adecuadamente a los niños para favorecer el buen trato en los colegios.
La violencia escolar no es un fenómeno nuevo, pero se ha acentuado en forma progresiva. La mayoría de las 12.388 denuncias que recibió la Superintendencia de Educación entre enero y septiembre de 2024 se refirieron a peleas entre alumnos, hechos de connotación sexual y bullying. Pero ahora se han conocido casos de agresiones graves a profesores, como lo ocurrido en Trehuaco, Región de Ñuble, por parte de un alumno.
Hasta hace unos años, la violencia escolar se manifestaba en ataques de palabra, sobrenombres, publicaciones ofensivas en las redes sociales, entre otras, pero ahora son frecuentes las informaciones que dan cuenta de que niños y jóvenes llevan armas blancas o de fuego a los establecimientos para atacar a sus compañeros. La agresión escolar es una de las situaciones más dolorosas para los niños y sus familias, considerando que los menores muchas veces sufren en silencio el ataque. Lo más probable es que esto comience con colocar un sobrenombre, para pasar a las bromas mal intencionadas y mofarse de un compañero por diversos motivos, hasta llegar al acoso constante y finalmente a las agresiones físicas.
Los profesores advierten que también existe una violencia cruzada, pues algunos apoderados agreden a los docentes, verbal o físicamente, responsabilizándolos por el rendimiento conductual y académico de sus hijos. En los últimos años se ha pasado al ataque a través de las redes sociales y a la violencia física. La Unesco ha estimado que dos de cada diez escolares son víctimas de bullying a nivel mundial, en una realidad que va en aumento. Es un maltrato que deja huellas físicas o psicológicas en los niños y jóvenes, que en casos extremos pueden incluso llevarlos al suicidio.
El acoso es intimidación, persecución y agresión. La violencia en la escuela, por agresiones a alumnos o a profesores es el reflejo de la sociedad. Se tiende a mirar el colegio como un mundo aparte, como si estuviera al margen de la comunidad, pero hay un entorno que hoy es más violento, en la casa, en el barrio, en las calles, lo que se refleja también en las escuelas. Los padres son los primeros responsables de la conducta de sus hijos y, por lo tanto, deben controlar que no lleven armas a los establecimientos. Es un tema que requiere conversación en el nivel familiar, ahora que se ha iniciado el período escolar del año 2025. La solución comienza en el hogar.