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áreas periféricas de los sectores urbanos, cuyos problemas se pueden resolver a través de la infraestructura que existe.
"País privilegiado"
En su análisis, Sebastián Febres coloca el acento en que "Chile es un país privilegiado", dada la alta cobertura de agua potable, de alcantarillado y de tratamiento de aguas servidas, "que sólo en esta región es cercana al ciento por ciento".
Sin embargo, plantea que el desafío está puesto en el sector rural, dado que el acceso a este recurso se hace cada más complicado, en parte, por efecto del cambio climático.
Por lo mismo, aboga por la articulación del mundo público y privado para hacer frente a este problema, tal y como lo plantea también el gobernador Santana, de manera de acortar estas brechas.
Por lo mismo, agrega Febres, es indispensable que disminuya el tiempo de aprobación de los proyectos que aborden esta falencia. Para ello compromete el apoyo de la empresa para facilitar los diseños que permitan agilizar la inversión pública.
Con este objetivo, recuerda que firmaron un convenio con el Gobierno Regional (Gore).
El gerente general de Suralis abordó otra complicación que surgió del cambio climático: mucha lluvia en corto período de tiempo.
En este sentido, el ejecutivo sostuvo que si bien disminuyó la cantidad de agua caída, la variación "relevante que vemos es en la intensidad de las precipitaciones. Llueve mucho en períodos cortos de tiempo, lo que desafía la infraestructura pública".
"Las regiones de Los Lagos y de Los Ríos son donde más llueve en Chile. Más de mil milímetros al año, lo que es mucha agua. Pero la infraestructura de recolección de aguas lluvias es baja".
Lo anterior, explica Febres, implica que al no existir un sistema de recolección de aguas lluvias, ingresan al alcantarillado, provocando el colapso del sistema sanitario (alcantarillado y tratamiento)".
En su reflexión, asegura que "no es normal que tengamos la incorporación de aguas lluvia que tenemos en nuestro sistema, con localidades donde se incrementa en cuatro veces el caudal sanitario (aguas servidas) durante un episodio de precipitaciones. El sistema, al no estar diseñado para ello, nos genera problemas, como rebalses en la vía pública y el uso de los aliviaderos de tormenta".
Tecnología
Tomás Monge comentó que la aplicación de tecnología para el tratamiento de aguas es una materia que en la industria salmonera trabajan desde hace algunos años.
De hecho, cuenta que han abordado el tratamiento de agua salada y dulce mediante la aplicación, precisamente, de tecnologías como los filtros rotatorios o a través del reuso y recirculación de las aguas, que permiten usar un mínimo de ese recurso, para luego volver a utilizarlo.
Para Monge, si se considera la disponibilidad del recurso hídrico, entonces, "se trata de avances que se podrían replicar en otros sectores productivos o en las comunidades".
En este sentido, sostiene que han comprobado que el tratamiento de aguas grises y negras, además de la desalinización, entre otras propuestas, constituyen alternativas válidas que permiten constatar que a través de las tecnologías se puede obtener y tratar agua.
Sin embargo, lamenta Monge, para algunas propuestas como la desalinización de agua, por permisos para concesiones marítimas o una eventual solicitud de espacio costero marino de pueblos originarios (Ecmpo), "podrían verse paralizada por varios años", a causa de la permisología.
Por lo mismo, dice que en el sector estiman que para soluciones para consumo humano o para proyectos habitacionales, abogan por la existencia de un "fast track" (procedimiento legislativo especial) para implementar estas iniciativas tecnológicas de una forma más rápida y eficiente.
Parcelaciones
Por su parte, Alejandro Fernández, explica que desde la Universidad San Sebastián, están enfocados en la diversificación de fuentes de agua para un posterior tratamiento y saneamiento de agua potable.
De ahí que apuesta por la inversión en infraestructura verde y coloca el acento en las proyecciones tanto climáticas, como de crecimiento a la hora de calcular los sistemas de abastecimiento de agua potable, así como en los sectores rurales y urbanos.
Fernández aborda el impacto de la venta de parcelas, en la calidad del agua. En su análisis, sostiene que tiene que ver con el saneamiento de esos terrenos, puesto que construyen pozos que terminan contaminando las napas. Ello, sumado, plantea, a que muchas veces las personas adquieren estos predios sin tener acceso a agua potable, por lo que deben ser luego los municipios los que tengan que abastecer a estas familias. A lo expuesto por el académico, Francisca Sanz sumó el efecto de loteos irregulares que califica de "ficticios", puesto que carecen de actos administrativos a la hora de efectuar las subdivisiones.
En el fondo, puntualiza, se venden derechos y estas viviendas no cuentan con soluciones sanitarias y, por ende, tienen problemas de abastecimiento de agua.
10 años pueden pasar para el desarrollo de un proyecto de APR en el país, según explicaron en el conversatorio.
100 por ciento prácticamente, es la cobertura de agua potable en el sector urbano, sostuvo el gerente de Suralis, Sebastián Febres.
25 de estas iniciativas han contado con la participación del Gobierno Regional en su generación, cuenta el gobernador regional.