El gran desafío de Innova Puerto Montt
El premio es a la perseverancia, dice un viejo y sabio refrán, cualidad que ayudará al logro de lo propuesto. Junto a los nuevos aires que ha traído esta nueva administración municipal, asomó, con la fuerza que le está imprimiendo el alcalde Rodrigo Wainraihgt, la gran iniciativa de Innova Puerto Montt. Una iniciativa que, iconizada en su hélice de tres palas, busca representar el trabajo conjunto y mancomunado de tres gravitantes sectores, el público, el privado y el académico.
Ya en las primeras reuniones de Innova Puerto Montt se han dado importantes pasos, acuerdos incluidos con miras a que nuestra ciudad sea en el corto y mediano plazo un referente de innovación y tecnología en la Patagonia. Entre los desafíos de este ambicioso proyecto está, en primer lugar, lograr la armonía entre los sectores participantes, los integrantes de la hélice, resaltando y proporcionando oportunidades reales para cada uno, donde se ha visto hasta aquí entusiasmo y esperanza de éxito entre ellos. Otro desafío transversal a las palas de la hélice debiera ser la integración de la importancia del mar como fuente de progreso y desarrollo, proyectado en un promisorio futuro. Posicionar a Puerto Montt como la puerta del mar, para quien vine desde el norte, y la puerta de tierra, para quien viene desde el sur, es todo un reto y también anhelo.
Nuestra ciudad es, desde su fundación, una comunidad marítima y esa herencia, traducida en una intensa y profunda relación con el mar, es fundamental en este visionario proyecto. Pero lo más importante, el desafío más difícil que a la vez promete mayor aporte, a fin de asegurar el éxito futuro de esta particular iniciativa, radica en la educación desde los niveles más básicos. Es efectivo que el plan considera este aspecto y se están realizando acciones concretas, orientadas a materias específicas como ser ingles y comprensión de lectura. Pese a ello, el gran desafío sigue presionando a fin de que este proyecto, esta gran iniciativa, no se muera en el camino. Es fundamental que la comunidad, los puertomontinos, se adueñen, se enamoren, se involucren y hagan suyo esta iniciativa. Que el espíritu de innovación y tecnología se convierta en un sello.
Mientras esto no ocurra, el riesgo de fracaso en el largo plazo es mayor. Por ello, debemos integrar a nuestros estudiantes básicos, los más pequeños, para que se sientan parte de una amplia comunidad innovadora y tecnológica, que desde la infancia participen del carisma de una experiencia que envuelve la innovación y tecnología, como parte de sus vidas. Si esto se logra, aumentará ostensiblemente la posibilidad de que este proyecto no sea la iniciativa de una administración temporal, si no que se transforme en parte del ADN de nuestra comunidad, independiente de las alternancias administrativas. El premio es a la perseverancia.